Por no olvidarme de nadie, prefiero no dar nombres, pero mas de ocho personas colaboraron directamente para que yo me centrara en lo mio. Lo mio es hacer reir. Y cuando estoy relajado actuando hasta me lo paso bien yo.
Tuve la suerte de contar tambien para el espectaculo con la musica en directo de Elemotho, que le daba ritmo a los malabares y suspense a la magia.
Frank y Natasha me llevaron hasta el lugar que se hallaba a las afueras de Windhoek, en un coche que habian alquilado el mismo dia. Casualmente era el mismo coche con el que Roberto y yo estuvimos recorriendo dias atras Namibia. Un coche en el que la segunda velocidad no entraba muy bien, como nos ocurria a nosotros.
En primera y despacito, las cosas a veces salen mejor. Y este espectaculo, se dio bien, gracias al apoyo de muchas personas, que consiguieron que un lugar lleno de piedras fuera, por una hora, una pista de circo.