Se le llenan los ojos de lágrimas cuando piensa en el viaje. Nostalgia es la palabra que le viene a la cabeza. Pablo tardará tiempo en encontrar qué hacer, y mientras tanto va armando pequeños proyectos, como el libro, gestionar alguna propiedad de su familia en Buenos Aires o, lo que más le ilusiona ahora, […]

Nada le da más dolor de cabeza que la web. Ha luchado y se ha gastado mucho dinero en tenerla bien, y por fin parece que está contento. No ha querido ser esclavo de las redes sociales y a la que terminó el viaje dejó practicamente de alimentarlas. Sabe lo que quiere y no pierde

De forma deliberada no he querido mostrar a Clara en este vídeo. Puedes verla en el documental Pedaleando el globo. Clara se autograbó una entrevista para ayudarnos con el guión del documental. Pablo ha tenido muchas historias en su viaje, él lo cuenta, pero tres le han marcado profundamente. Cómo manejar en la distancia ese

En el vídeo aparecen unas imágenes inéditas de Pablo vendiendo unas muñequitas a una ranger en Estados Unidos. Sin hablar pero atento a sus gustos, le vende hasta tres. Luego sin embargo se queja porque no le paga. La forma de financiarse el viaje no fue sencilla. Toda su preparación se vino abajo con el

Es increíble que haya pasado tantos años con una tienda de campaña sin doble techo. Cuando viajamos juntos en Canadá estaba feliz con la tienda de cuatro personas que pesaba cuatro kilos. Su capacidad de sufrir es innegable. Puedes saber más de Pablo García y solicitar su increíble documental pedaleandoelglobo en sus redes sociales: Instagram

Como no podía ser de otra manera, ahora que ya conocéis un poco más a Pablo García, sus bicicletas no eran lo mejor del mercado. No usaba material de última generación. Lo que era inquebrantable no era el material, sino su fuerza, su capacidad para seguir luchando aunque el viento sople en contra. Y, al

Os aconsejo que para ver este capítulo tengáis un mapamundi en la mano. De otro modo estoy seguro de que os vais a perder. Su ruta es loquísima, como también sus aventuras y las épocas en las que viajaba. Saliendo de Mongolia me lo encuentro entrando, cuando ya no quedaba un turista en el país.

“Yo aprendí a los porrazos“ nos confiesa Pablo García. Se marchó a Brasil enamorado de una mujer y se acabó casando con otra. Montó una empresa de guía turístico sin tener el título y dejó los estudios sin la confianza ni el apoyo de su familia. Un tipo duro, cabezota, soñador, apasionado, con el que