Kalpa (Himachal Pradesh-India) No podía aguantar más. Casi dos años desde que finalicé la vuelta al mundo (2004-2017) y las ganas de sacar mi pasaporte a pasear eran incontenibles. El objetivo era mucho más nítido que la fecha para realizarlo. Me había quedado con ganas de pedalear por el Himalaya de la India. Lo más al norte que había subido era Daramshala, a donde llegué con Salva y Daisuke.
La mítica ruta Ladak-Leh tendría que esperar, incluso el Spiti valley. El nómada hambriento siempre ajustará sus cuentas con el mapa. Es cuestión de tiempo que llegue a esos lugares. Y no hay nadie con más riqueza temporal que un nómada, capaz de detener a voluntad su paso, capaz de romper su propio plan antes incluso de comenzarlo. El nómada no tiene otra atadura que sus rincones favoritos por el mundo; guiado por una fe ciega en su intuición, en su olfato de perro callejero, se deja seducir por nombres y relieves, se deja arrastrar hasta profundos valles para luego remontarlos con la paciencia de un caracol reumático con la confianza inquebrantable de que llegará a los 4.000 metros o donde sea posible. Las nubes no son siquiera su límite, tal vez las estrellas…
Una vez que el ritmo frenético de conferencias se ha detenido en estos meses de Julio y Agosto, hago las alforjas y reservo avión a Delhi. Solicito mi visa online y me preparo para la aventura, documentándome, y aprovechándome de la magnífica sabiduría de Daniel de www.aventuraenindia.es
Me conecta con la agencia matriz en India y con Arvind, su dueño que pone en marcha todos sus recursos humanos y materiales para la logística e incluso se ofrece a tramitarme el permiso necesario para ir al Spiti valley.
Koos Kroon, mi amigo de Biketech, se apunta para la segunda parte de la aventura, la que nos llevará de Manali a Leh.
Me acerqué hasta Barcelona, desde Pamplona, en bicicleta. Salir de Pamplona un 7 de Julio y no pinchar con la multitud de cristales que hay en la carretera tiene su parte de suerte. Tras la resaca del chupinazo cada pedalada costaba horrores, pero a medida que iba sudando las cervezas iba mejorando mi condición física. Buscar un lugar para acampar el primer día no era un problema, porque en Jaca me esperaba mi amigo Rafael Peinado, su hijo Leo, y sus padres. Conocí a Rafa en Zaragoza en el 2004 en una de mis charlas organizasas por su hermano Gaby (que ahora anda pedaleando por el mundo y está por Asia), y nos vimos de nuevo en China en 2008, luego en Brasil 2016, España 2.018 y ahora en la ruta otra vez. Rafa (Tino para los amigos) es además uno de los fundadores de Os20 que me apoya con excelente material desde sus inicios.
Koos me acompañó a tomar el avión, tras empaquetar la bici en la tienda y llevarla mediante un ingenioso carrito por las calles de Barcelona hasta el aeropuerto. El viaje sería largo, muy largo. Vía Moscú, con una espera allí de siete horas, y por fin llegando a Delhi a las once de la noche. Una hora más esperando que saliera la bici por la cinta transportadora…
Menos mal que tenía amigos esperándome en Delhi.
Ni siquiera pasaron 24h y ya tomaba un bus para acceder a Shimla. Un bus nocturno en el que destrocé un poco más los riñones, esa parte que no había abollado en el viaje en avión. Llegamos a Shimla a las 7 de la mañana y sin dilación me puse a pedalear. Antes un contacto de Arvind, ,me trajo el permiso necesario para ir hacia el Spiti valley y hasta una Sim Card para conectarme a internet.
El tráfico en la India es un milagro. Un caos que funciona, aunque deja sus muertos en la ruta y sus sustos a los ciclistas. No hay distancia mínima, y mientras no te toquen, no te puedes quejar. Es así. Te gusta pues bien. No te gusta, pues que mala suerte, porque es lo que hay. El primer día ascendí hasta Narkanda, una población que se levanta en una curva del camino a unos 2.000 metros de altura. Recorrí todas las guest house y me quedé con la más tranquila y económica. Unos 5 euros y pico por una cama en una habitación con vistas al Himalaya.
Al día siguiente arrancaría pronto, para disfrutar de un salvaje descenso de 34 kms hasta el río Sutllej que me acompañará por varios días hasta las alturas. Allá abajo, a 800 metros, el calor es brutal. Es época de monzon y a las tardes el cielo abre la llave de paso y deja caer una salva de agua. En un pueblito más pequeño que el del día anterior, Jihkra, pasé la noche en un dormitorio local por 3 euros. De ahí inciaría la tercera etapa. La más larga, porque serían 8 horas de bici para hacer casi 90 kms. Y al final, ya lo sabía que sería asi, tomé un coche para llegar hasta los 2,900 de Kalpa. No me daban las piernas para otros 12 kms de ascenso, y era un camino que debía deshacer el día siguiente. En Kalpa descanso un día, justo el de mi cumpleaños, haciendo lo que me gusta. Escribir crónicas, editar vídeos y disfrutar del dolce far niente.
Desde la ruta de nuevo, Paz y Bien, el biciclown, agradecido al Hotel Apple Pie por su amable invitación a descansar. Gracias Aman.
Aquí constancia de que leí tu blog.
Eres inspirador Alvaro! Te admiro, y si algun dia te acercas por Badalona te invito a merendar en mi velero.
Mi mujer y yo somos viajeros al igual que tu y seguro tenemos mucho a compartir.
Una saludo y cuidate
Excelente crónica,cómo no podía ser de otra manera,me haces viajar con vos a esos lugares,espero que tengas buenas rutas y viento en popa,abrazo grande y Feliz Cumpleaños!!
Eres el Sixto de Angola?
Álvaro me hace feliz leer esto, puedo compartir tu experiencia a través de tus palabras e incluso el sentimiento y corazón que le pones a tus viajes. Como la ilusión de un niño en una noche de reyes magos. Eres increíble, la viva prueba de que es posible vivir tus sueños si uno se atreve a darlo todo. Un enorme abrazo y Feliz cumpleaños Álvaro!
Gracias, abrazos
Mil gracias Álvaro y a seguir disfrutando de la increíble India!!
Yes sir, very incredible sir
que vaya bien tu camino álvaro
y feliz cumpleaños…
Álvaro! Me has animado a leer y comentar ???? . Humildad e inspiración es lo que me gusta del biciclown. En casa seguimos tus pedaladas! Namaste!
Buenos relatos. 52kg la bici??wow!, pensé no llegaba a 40kg. Me alegro Koos se apuntara a la aventura contigo. Estaré al tanto por aquí de tu actividad. Grande!
Al final subió de peso
Buenas Álvaro,
Aquí otro que lo ha leído y que también tiene pensado hacer la misma ruta que tú o quizás en Sikkim.
Estoy preparándome el desayuno en un templo y despertado a golpes de tambor a las 4am. Pero con una sonrisa de oreja a oreja.
Saludos desde Camboya,
Cristian
Cuando leía tus crónicas al finalizar tu vuelta al mundo pensaba, este tipo si que ya se curó y de seguro ahora retoma la vida "normal". Que equivocado estaba, y que bueno que equivocado estaba. Es imposible "normalizar" a un nómada con tanta experiencia y sabiduría como tú, cuando nosotros, los "normales" debiéramos ser los que hiciéramos ese cambio, pero a la inversa. Me alegra verte sobre la bicicleta Alvaro. Te deseo lo mejor del mundo que te falte por conocer. Un abrazo.
No eras el único
Que lo disfrutes! Por cierto no me ha sido fácil encontrar esta crónica en tu web, se ve que no eres el único que está un poco oxidado por la falta de uso 🙂
jaja, todo es práctica
Qué bueno poder estar leyendo esto ahora. Gracias Álvaro!
Gracias
A ti por aparecer por aquí