congo a congo

De Congo a Congo

Una vez en el barco los pasajeros se interesaban por el viaje y mi situacion familiar. No entienden que con 38 anhitos no tenga hijos. Es cuestion de culturalidad diferente. Uno de ellos Frank, me invito a un yogurt, es el de la nariz roja de payaso.

Todo fueron palabras de apoyo para mi viaje, y de admiracion hacia Kova, la chica que me abre silenciosamente todas las puertas.
Todo ese calor humano se congelo cuando entre en la Embajada de mi pais en Kinshasa. Me ofrecieron un vaso de agua, incluso otro si me lo terminaba pronto, y la gestion del espectaculo y del alojamiento. En Kinshasa abundan los misioneros españoles y estoy convencido de que para muchos seria un placer tenerme con ellos unos dias, sin perjuicio de hacer o no el show, que no es para mi moneda de cambio como algunos mal interpretan. Nunca antes me habian pedido mi pasaporte en la Embajada, ni mirado con lupa mi visado de entrada. La ignorancia de algunas personas les llego a afirmar que no tenia visa de entrada a RDC, y a preguntarme donde la habia conseguido.
«En el mercado negro», me dieron ganas de contestar.

Tras dos horas de gestiones burocraticas, llego la hora de cerrar la Embajada sin que hubieran sido capaces de ponerme en contacto con un solo religioso. Eso si, para dentro de siete dias me habian apalabrado un espectaculo. Nadie minimamente inteligente va a rechazar un espectaculo gratuito, aunque no conozca al artista. Nada tienen que perder.
Ante la inutilidad de la persona encargada de esta gestion, pedi hacer unas llamadas a los contactos que yo tenia y me contestaron que eran las 14:30h y tenian que cerrar.

Otra persona con diferente espiritu y un poco mas de mundo, me invito a comer a su casa y me permitio localizar a mis contactos a traves de su movil. Algo tan simple como un par de llamaditas.

Al final encontre alojamiento en los salesianos. Al verme lo primero que me dijeron fue «Bienvenido», palabra que no escuche en la embajada de mi pais. A continuacion me preguntaron que cerveza queria beber, Skol o Primus. Evidentemente quien me recibio era persona con un poco mas de corazon que las que habia conocido horas antes.

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