A pesar de los problemas de transporte en esta ciudad, la gente consiguió venir. La mayoría del mundo del teatro, pero con poca experiencia de clown. Habia de todas las edades y de todos los colores, pues este país es multicultural, y Bob (el presidente) les hace la vida imposible a unos y a otros.
La energía del taller fue muy buena, y en el piso de arriba, en las oficinas, se preguntaban de que se reían tanto allí abajo.
Suzi ha sido mi alumna más sorprendente. Lleva 67 años en escena, y preferí no preguntarle la edad. No tenía ninguna dificultad para rodar por el suelo simulando una muerte a cuchillo, ni tampoco para incorporarse enseguida. Todos aprendimos de su jovialidad.
Gracias a la Embajada por ofrecerme la oportunidad de sembrar un poco de clown en estas tierras a César González por las fotos.