Tras pasar la noche en la frontera, en el edificio futuro de lo que sera la nueva aduana, llegue a orillas del rio. Nadie consiguio decirme con anterioridad lo que costaba el cruce en canoa pues todo depende del color de piel del pasajero. Mi color es el mas caro.
Tras casi dos horas, consigo un precio razonable para dar el salto a Tanzania. Quien me cruza, un viejo hombre, se deja la salud en el cruce, pues sus toses ponen ritmo a su boga. Cuando llego al otro lado y alcanzo la frontera la oficina esta vacia. Alguien va a casa del policia y le dice que tiene trabajo.
Para cruzar frontera en Africa hacen falta dos cosas: un pasaporte en orden y mucha paciencia.