El primer dia nos dimos un buen susto al encontrarnos en medio de la carretera a este elefanto macho (obvio) dandose un remojon en un charco. Visto de lejos parecia un elefante de cinco patas, sin contar la trompa.
Uno de los animales mas espectaculares es el Orix, que acostumbra a deambular por paisajes desiertos y en solitario. Sus afilados cuernos son tan grandes, que generalmente no le sirven para defenderse de su mayor depredador: el leon.
Lo que mas me llamo la atencion en Etosha es que los pasos de cebra son autenticos, y no pintados como en Europa. Todo muy natural.
No se yo si eso de compartir con la mano lo llevaria bien 😉