Consciente de que viajo con parasitos dentro, prefiero que sean los minimos, y ultimamente he decidido que sean muy pocos. Aunque lleva un trabajo extra que no apetece tras kilometros y kilometros en bici, estoy filtrando el agua que bebo.
Los chicos alucinan con los blancos. Ellos toda la vida bebiendo ese agua, y el blanco con esos aparatos se pone a filtrarla.
Suele ser un acontecimiento alrededor de la bomba, que esta vez he decidido filmar. Agua si, pero sin bichos.