Muchas veces me preguntan a qué países, de los más de 100 que he recorrido, regresaría de nuevo a pedalear. Y suelo decir que a todos menos… a la India. Y sin embargo este verano estaré yendo a la India de nuevo a pedalear. ¿Por qué?
La India es un lugar en el que es difícil estar sólo unos segundos en la calle. En cuanto te detienes te comienzan a rodear decenas de locales (que en diez minutos pueden ser una centena) que te bombardean con preguntas y que, si no andas atento, habrán comenzado a jugar con los cambios de tu bicicleta. No hay maldad. No intentan robarte. Su único pecado es la curiosidad. Todos esos adultos que parecen vivir en la calle día y noche se sienten tan atraídos por tu bicicleta como un niño por un enchufe.
El Paso Kardung La de 5.602 metros será “la batallita“ que podrás contar a tus nietos de por vida. Dificilmente haya una gesta deportiva en el mundo más simple y humana: tu y la montaña, la montaña y tu. Metro a metro irás ganándole terreno a la cima, y cada vez que te detengas a respiras encontrarás en todo lo que te rodea tantas razones para seguir pedaleando, que no te faltará nunca la fuerza.
Los Himalayas en la India son un imán que atraen a muchos aventureros. Para muchos viajeros ascender esas carreteras en moto ya es un gran logro. Aunque la verdadera protagonista en ese caso es la mecánica que ha sobrevivido a esa exigencia. Muy pocos son los que se atreven a poner a prueba su corazón, sus piernas y su cabeza para ascender la carretera para vehículos más alta del mundo en bicicleta.
Hacerlo rodeado de tus amigos, con un jeep que lleva tus maletas y una bici de repuesto, con cocineros locales, con personal que monta el campamento antes de llegar y con un guía experto en el arte de hacer reír, puede ser algo inolvidable. Y ese es el viaje que haré este verano en la India con tu compañía, si te animas a venir.
He entrado a formar parte del elenco de Tour Leaders que guían grupos de ciclistas a la India. Lo hago con la empresa aventuraenindia.es, especializada en este subcontinente y con una idea clara a la hora de llevar viajeros: que el viajero se integre en la cultura local, que deje de ser un extranjero, que aprenda algunas palabras del idioma local, que se relacione con ellos de tú a tú.
Si quieres ver una India diferente, donde la cultura budista es imperante, dónde las nubes están tan cerca que si estiras el brazo las puedes acariciar, donde el mayor recuerdo quedará grabado en tu corazón por la espontaneidad y humanidad de los locales, vente a pedalear conmigo este verano al Himalaya.
Paz y Bien, el biciclown.