Ellos suelen decir que es original. No se muy bien que quieren decir con ello, pero me hace sonreír. Sus bicis suelen ser chinas, pero muy resistentes. Capaces de llevar de todo. A veces las he visto cargadas con tres sacos de carbón de 25 kilos cada uno, o con dos personas, o con un par de cabritos, o con varios bidones de agua de 50 litros.
Pero Kova se lleva bien con todas. Es ya, tras casi dos años, una bici que habla todos los dialectos africanos. El polvo ha ido entrando en su corazón, haciendo cantar a la cadena. Supongo que son cantos de alegría.