No hay momento que me de más pánico en mis viajes que tener que tomar un avión. Y no le tengo miedo a volar pero mi bici si. Le tiene fobia. Ella sabe que acabará encerrada en una fría bodega, sin servicio de comidas, sin pantalla de televisión y, lo que es mucho peor, aplastada por otras maletas. La parte peor es cuando deben subirla o bajarla del avión. Hay muchas probabilidades de que sea arrojada desde lo alto de la panza del avión hasta el carro de las maletas y es casi seguro que algo se romperá: un guardabarros, la luz trasera o lo que sería fatal, que se doble el cuadro o la horquilla.
En este vídeo te explico cómo empaquetar la bici, grabado en Nueva Zelanda, antes de volar a Hawai.
Para evitar todo esto que puede arruinar tu viaje bien antes de comenzar, sólo te puedo dar unos consejos:
1- analiza la política de la compañía aérea sobre bicicletas antes de comprar tu billete. Hay compañías que cobran la bici como equipamiento especial y otras que la consideran equipaje sin más. Como sólo puedes llevar en la mayoría de los vuelos, veintitrés kilos de equipaje, vas a tener que pagar exceso. No está solo la bici, está tu ropa, la bolsa de dormir, cocina… Y una oferta de un vuelo a India puede salirte caro si terminas pagando por la bici más de lo que te costó aquélla ganga.
2- investiga cuales son los requerimientos de la compañía para volar con una bicicleta. Algunas te piden que vaya completamente embalada y otras sólo que vaya sin pedales. Esa información imprímela, porque es posible que la persona del personal del tierra que reciba tu bicicleta no la conozca y sea oportuno mostrársela. Te ahorrará mucho tiempo.
3- llega al aeropuerto con antelación suficiente para tomar tu vuelo. Es posible que te hagan abrir la bicicleta, si la has metido en una caja, así que lleva además cinta de embalaje aparte para poder cerrar la caja de nuevo.
4- es mejor ir con la bici embalada al aeropuerto. Puede ocurrir que tengas problemas para quitar algunas piezas de la bicicleta y es mejor tener siempre la opción de visitar algun taller cercano de la ciudad que te pueda ayudar. No te vaya a ocurrir lo que me sucedió en Japón que no pude sacar el manillar de la horquilla porque estaba completamente oxidado.
5- espera a que lleguen las personas para acarrear tu bici hasta el avión e intenta hablar con ellas. Diles que estás viajando y que por favor la cuiden con cariño. Unas sonrisas y un poco de chocolate ayuda también.
6- al llegar al destino y bajar del avión acércate hasta la parte de atrás del avión, donde van a descargar las maletas. Seguro que los auxiliares de pista te dicen que sigas a la gente hacia la zona de desembarque, pero de nuevo, intenta buscar a las personas que descargan las maletas y trata hacerte oír sobre el ruido ambiente para explicarles que dentro de la bodega va tu bici y que por favor la cuiden con cariño. Todo esto puede parecer una exageración pero estoy seguro de que en ocasiones me ha surtido efecto.
Cuando llegues al destino y armes de nuevo tu bici comprueba que todo está en su sitio y no olvides inflar las ruedas para continuar viaje.
¿Has tenido alguna experiencia horrible? Cuéntame tus consejos, estoy seguro de que te habrán pasado mil historias.
Paz y Bien, el biciclown.