Aprovechando la visita de mi amigo Portu alquilamos una furgoneta en la que vivimos seis dias. El primero no tuvimos demasiada suerte. Nada mas llegar al camping a las diez y media de la noche, encallamos. Pedimos ayuda a un par de locales pero sus manos no empujaron la furgoneta sino que pidieron dinero. Mal comienzo.
Pero un amanecer borra cualquier rastro de enojo.
En ese mar de dunas uno recibe tanta paz, que quisiera vivir alli para siempre. Pero sin agua no es posible. Tan solo algunos como el Orix lo consiguen.
Si el horizonte no es mas que un mar de arena y nos da tanta armonia, porque nos complicaremos la vida con dobles saltos mortales?