Francis me acompaño hasta el refugio en la base de la montanha Chipata. Unos ocho kilometros desde la barrera. Cuando llegamos al refugio, el guarda y sus dos mujeres no estaban, asi que tras preparar un te para los dos y buscar agua en un arroyuelo, decidimos subir a la montaña. Sin guia no se puede, en parte porque el camino es inexistente, y en parte porque los leones incluyen en su dieta carne humana. En el 2002 se merendaron a una pobre mujer que iba al rio a lavar la ropa.
Al atardecer, cuando los pajaros empezaban a entonar el conocido. El sol se va a dormir?, Francis enfilo el camino de regreso a su campamento. Desde arriba, el lago Malawi apenas se intuia por entre las ramas de algunos arboles. Me duche a pesar de que un frio aire hacia menguar el tamanho de mis pelotillas, y cocine un rico arroz con verdura. Supongo que no era del paladar de los leones, porque no se acercaron.
A la mañana siguiente el guarda del refugio, regreso de su caminata con sus mujeres y me acompanho hasta la barrera donde todo habia comenzado el dia anterior. Su fusil no me inspiraba confianza, asi que mientras caminabamos yo iba eligiendo a que arbol me subiria si veia aparecer al rey de la selva. Cuando le propuse una paradita para la foto se puso firme y a mi, claro esta, me dio la risa.
Gracias al Director de Parques Nacionales y a su equipo de Kota Kota por brindarme la oportunidad de caminar entre leones, hasta la cima de Chipata hill, a mas de 1.630 metros de altura.