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¿Y si todo el mundo fuera nómada?

Esta entrada en mi instagram ha levantado ampollas. Decía así:

Desde el año 2001 he estado cotizando a los sueños, no a la jubilación(futuro), sino al presente: al instante vivido.

Mi vida laboral cotizada no llega a cinco años. Para el sistema eso es lo que cuenta. Al terminar tu vida como trabajador te darán de premio una paga mensual que, para ellos, es el resultado de tu trabajo.

Mucha gentes aspira a esa paga y sacrifica su vida presente presente por ello. Adelante camaradas, tenéis mi parte de pastel.

Seguiré coleccionando sellos en el pasaporte y arrugas en la cara mirando la vida desde el aquí y el ahora, sin nostalgia del pasado y sin esperanzas vanas en un futuro alienante.

Si quieres saber cómo lo he logrado mira mi curso Vivir con propósito. Verás que las disciplina es la gasolina de las utopías positivas.

Hasta aquí el texto.

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No tardaron en llegar las críticas en forma de pregunta: ¿Qué pasa si todo el mundo hace como tú?. 

Y las críticas: Tu eres parte del sistema porque necesitas a otros para vivir. 

No hace mucho hablaba con Herman de los Zapp ( a quienes entrevisté en exclusiva para #biciclownplus) y me comentaba que a él también le llegan a veces esos críticas envueltas en comentarios cual lobo disfrazado de oveja.

La conclusión a la que llegamos se puede resumir en estos puntos:

  • Cuando tu vida está alienada con tu propósito, no vas cuestionando la vida de otros, preguntando que pasaría si todos trabajaran de carteros, de bomberos, de albañiles, de abogados, de médicos, de repartidores…
  • Cuando estás a gusto con lo que haces simplemente AGRADECES tu lugar en el mundo.
  • Por ello, las personas que hacen este tipo de comentarios suelen ser humanos que no están a gusto con su posición y que, de alguna manera, les incomoda tu sonrisa o tus logros personales. 
  • No queremos que más gente se lance a vivir una vida nómada de igual manera que no queremos que todos los peces sean delfines o que todas las aves sean águilas. Cada uno es lo que es, y en ese lugar y con sus condiciones, debe construir lo mejor para sí. Habrá quienes opten por tener familia, por comprar un coche lujoso… Son sus decisiones. Pero no implica, por el hecho de que ellos estén felices con ello, que los demás tengamos que tener hijos o que comprar coches de lujo.
  • La pregunta de ¿Y si todos hacen como tú? implica esta otra: ¿quién fabricaría tu bici, quien asfaltaría las carreteras, quien tendría un restaurante para que comas…? es demasiado ingenua y da por hecho que el sistema, tal como existe es perfecto. En primer lugar, nunca todo el mundo se pondrá a hacer el amor, porque siempre habrá alguien que tenga (y quiera) lavar las sábanas de los lechos de pasión. En cada momento vital, habrá personas que les interese trabajar y otros que prefieran no hacerlo. Yo mismo he estado trabajando unos años para ahorrar, mientras había otros que viajaban. Es una cuestión de elección personal y temporal.
  • Además, abolida la esclavitud, cada cual elige su camino. Mi camino de nómada implica unas renuncias importantes que poca gente está dispuesta a seguir: durante los 13 años de vuelta al mundo en bici enfermé de malaria cerebral cuatro veces, un coche me atropelló, una serpiente casi acaba con mi vida… No se si tú quieres y aceptas esos riesgos. Tal vez por eso viajas menos, pues para viajar de hotel en hotel, hace falta mucho dinero. Yo viajaba de árbol en árbol.
  • Si tu decisión es trabajar 25 años para percibir una jubilación, te felicito. No por tu elección, que a mi no me parece acertada (de otro modo la hubiera tomado) sino por la fe que depositas en tu salud y en tu buena estrella. Nadie tiene la vida, no digo ya la vida, sino el día de mañana asegurado. Así que vivir esperando cobrar dentro de 30 años es un acto de fe mayor que creer en La Virgen de Fátima.
  • Volviendo al punto primero,  yo no me cuestiono qué ocurriría si todo el mundo fuera médico o poeta. Y no lo hago porque voy mirando mi camino, mi horizonte, no el de mi vecino. Me enfoco en mi vida y en mis pasiones, en mis deseos y en mis aceptaciones. Que tu seas sastre o pescador no me quita el sueño.
  • Sobre la segunda crítica, la de que necesito al sistema para vivir, te comento. Si has visto por ahí el sistema salúdale. Yo conozco funcionarios, no al sistema, igual que saludo al sol y no al sistema solar. Se habla mucho del sistema, de la sociedad, pero yo solo me topo con hormigas y nubes. Que la gente compre mis libros, mis cursos, o me pida una conferencia o se suscriba a biciclown plus, es algo que ni me trae sin cuidado ni me quita el sueño. O dicho de otra manera: no me preocupa. Me enfoco en mi trabajo, no en el resultado de mi trabajo. Se que mis libros fueran publicados por una gran editorial se venderían más, pero posiblemente ganaría menos, pues la editorial le da al autor el 8%, y me tendrían de aquí para allá como un monigote, haciendo presentaciones de cada lanzamiento. La manera que he elegido de vivir es nómada e independiente, pero no ilusoria. Claro que hacen falta lectores, pero no invierto en publicidad en redes sociales para lograrlos. Cada lector contento es una venta futura. O dos. Él comprará más libros míos y además los recomendará. Desde el 2003, que escribí Kilómetros de Sonrisas, no he parado de vender libros. Para ello no necesito el sistema, necesito lectores, pero ellos también me necesitan a mí. Es como el agricultor que planta tomates: sin consumidores no puede vivir, pero éstos sin agricultor tampoco. Hay una mutua dependencia sana.

La conclusión de este breve ensayo sobre Y si todos fueran como tú, es la siguiente: enfócate en vivir tu vida y no en mirar la de otros. Si está sucediendo lo segundo es que hay un déficit de lo primero.

El YSI (Y si todos fueran como tú) es uno de los grupos terroristas más peligros que existen: mata tu pasión, tu creatividad y tu presente.

Paz y Bien, el biciclown.

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2 comentarios en “¿Y si todo el mundo fuera nómada?”

  1. Creo que deberías aplicarte el cuento: enfócate en vivir y deja a los demás que vivan como quieran. Trabajando, sin trabajar, jubilandose o sin jubilarse. Deja de criticar a otros Instagramers. Deja de cuestionar a coachs, a funcionarios, a ciclistas, al dueño de Amazon, a los autores que venden en editoriales.
    La impresión que da es que estas continuamente ocupandote y cuestionando la vida de los demás, que si tiene propósito, que si abrazan incertidumbre o no, entonces te sorprende que los demás cuestionen la tuya.
    Vive y deja vivir.

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