Vera (Almería). El verano pasado ponía rumbo a Francia en bicicleta, pero viajar en tiempos de Covid-19 se ha vuelto más difícil. Viajar a otros países es complicado y costoso: los test de pcr al ir y al volver y los múltiples controles en aeropuertos.

¿Significa eso que nos quedamos sin poder viajar? No lo creo, simplemente debemos mirar a nuestro alrededor con otros ojos, con una mirada más curiosa y nueva, y tal vez encontremos opciones insospechadas.

Hace unos días terminaba mi primer año de estudios de Filosofía en la Universidad nacional a distancia. Aunque aún no se los resultados, creo que no me ha ido mal y que puedo permitirme unas buenas vacaciones y, claro está, no veo mejor manera de vivirlas que en bicicleta.

El único problema es decidir a dónde ir. He abierto el cajón de los mapas y me he puesto a revisarlos de nuevo.

Los Alpes, Marruecos, Francia…, son muchas las opciones que tenemos cerca de España. Y una de ellas está tan cerca que no la vemos: España. He optado por dar una Gran Vuelta a España y Portugal: la gran vuelta a la península ibérica. Dos meses para descubrir. un entorno que me es familiar y que me conecta con mis orígenes. Uno de mis primeros viajes en bicicleta (ya en el siglo pasado) lo hice por España, y la preparación del viaje de Sudamérica (2001-2003) lo preparé con un viaje a Portugal y luego a Suiza.

Muchas personas me escriben para invitarme a sus casas, tengo lectores por todos los rincones y nunca puedo aceptar esos compromisos. Es hora de poner cara a todos los lectores de mis libros.

Pero el objetivo no es solo viajar en bicicleta y conocer a esa legión de lectoras/es, sino documentar el viaje y publicar un libro con los rincones más bellos para pedalear por la península. Recientemente leía un libro que promete en el título 101 rutas por España y en el interior describe solo 35. Estafas literarias que espero poder subsanar con la publicación de una guía completa con los mejores itinerarios para hacer en bicicleta.

Aprovecharé para dejar constancia de esos bares de pueblo que sirven desayunos con los que Don Quijote y Sancho podían cabalgar hasta el anochecer, campings que tratan con cariño (y buenos precios a ciclistas), árboles que los reciben con un abrazo de ramas y sombras, puestas de sol de las de pellizcarse y carreteras de las que no salen en el mapa.

Viajar para perderse dándole una patada al reloj y a la rutina, untar los días de presente y los ojos de nubes, rellenar los pulmones de libertad en las bajadas y sentir las piernas duras como una piedra en las largas subidas.

Volverá a ser un viaje con cámara en mano, para registrar esas historias del payaso en la carretera, las que luego generan vídeos de los que os gustan.

El recorrido arrancará a mediados de Junio desde Barcelona y pondré rumbo a los pirineos, de ahí con una entrada a Francia para saborear los pirineos con sabor a Camembert, hacia el Oeste, hacia Finisterre, para bajar por Portugal y visitar algunos viejos amigos de esas tierras. Después, ya en Agosto, salir hacia el centro y recorrer la España biciada o vaciada, y acabar a fines de agosto en Almería.

Vamos a hacer las alforjas que la vida no puede esperar.

Paz y Bien, el biciclown.