Hay vacaciones de pulserita y las hay de pulsaciones. Me gustan sentir el corazón agitado, bombeando sangre a cada esquina de mi cuerpo. Las vacaciones de pulserita, de todo incluido, nada por hacer, no me combinan con el color de mis ojos. Son grises. Todo está orquestado y bien atado.

Si desde el 2001 decidí que lo mío era ver la vida desde la incertidumbre, las vacaciones de este año no podían ser de otro modo.

Tras dejar guardadas mis pertenencias en la autocaravana y aparcarla en un garaje en Almería, puse junto a Lorena rumbo a Barcelona para entrenar durante tres semanas por los Pirineos.

Comenzamos la ruta en Girona y, como no sabíamos muy bien hacia dónde tirar, entramos en la primera tienda de bicicletas. Nada más entrar el hombre de la caja me mira sorprendido y dice:

• ¡Qué sorpresa, Álvaro!
• ¿Nos conocemos?. Quien me llama por mi nombre y no por mi apodo es alguien que debe ser más familiar.
• Si hombre, hemos hablado muchas veces pero no en persona. Soy Bernat, que trabajaba con Koos y te gestionaba los repuestos durante la vuelta al mundo…

Siempre este tipo de encuentros me arrancan una sonrisa. Los del walkie-talkie son unos artistas de la improvisación. (Ver capítulo de Abrazar la incertidumbre)

Tras un par de días por los pirineos catalanes, y tras la visita obligada a la casa de la Montaña de Koos y Machi, entramos en Francia. Pedalear por este país tiene dos características bien diferenciadas que se aprecian de inmediato. Los coches te pasan más cerca que en España y los campings son asequibles y mucho más económicos que aquí. Dos personas y una tienda trece euros. En España nos llegaron a pedir 40, y lo normal son 23. Ni la calidad de los campings en España es mucho mejor que en España ni, lo que es peor, uno descansa mejor. Suele haber más ruido y pocas veces silencio a partir de las diez.

Aunque en Francia hay excepciones. Una noche en un camping nos tocó de vecinos una familia que decidió que usarían la piscina por la noche. Le pregunté al hombre que si iban a seguir durante más tiempo y me dijo que si, que estaba de vacaciones y que lo sentía mucho. Sus hijos aprendieron que las normas, y las vallas, se pueden saltar con facilidad. Su padre no tardará en experimentarlo en carne propia.

La idea de venir a pedalear por Pirineos está relacionada con el #granretohimalaya. Recorrí hace años la ruta Manali-Leh acompañado de Koos Kroon. Curvas que se levantan hasta las nubes, cielos que si son más limpios se abren en dos, lagos cristalinos y puertos que no se sabe cuando van a terminar. El resultado lo puedes ver en el documental Pedaleando con el corazón.

Un grupo de nueve valientes vuela ahora hacia Nueva Delhi para iniciar el lunes este reto que hará a muchas personas descubrir que los únicos límites son los que tu mente define.

Gracias a Aventura en India que ha organizado todo esto en colaboración con la agencia local Incredible Voyages.

Pero hasta llegar a la India, Lorena y yo teníamos que subir muchos puertos en España. Y lo que es peor, volar con una compañía aérea que nos daría un buen susto.

Si hace un año la compañía nos perdió las maletas y canceló cinco días, dos veces, nuestro vuelo a Polonia, ahora solo nos han perdido las maletas. Pero no una, sino las dos. Por suerte o por un milagro las bicis han llegado. Menos mal que teníamos un seguro mochilero con Iati. Ellos nos han dado algo de dinero para comprar artículos de primera necesidad.

El viaje hasta la India ha sido duro porque además de las maletas, Lorena perdió la salud. Incubó los días previos un fortísimo catarro en Barcelona y explotó en el asiento 25C del vuelo a Delhi. Al llegar aquí no se levantó de la cama en dos días. También el seguro nos cubría la asistencia médica y un equipo de 4 profesionales llegó en dos horas para sacarle sangre y orina, darle medicinas y cuidarla con mucho cariño. Así se va recuperando antes de enfrentarse al Himalaya.

Cuando aceptas lo que te ocurre no se soluciona gran cosa, pero adquieres un poco de paz interior que te ayuda a vivir mejor con lo que tienes y con lo que no tienes. Tú solo has de ocuparte de lo que depende de ti, como decía Epicteto: tus pensamientos, juicios y opiniones.

Paz y Bien desde Delhi.