Pero con lo que he sufrido con la bici tras el accidente en Turquía en el 2008 no quiero más problemas. Karma lleva unos meses portándose de maravilla. Desde que Brent le tejió una nueva rueda trasera todo ha ido como la seda. Hace más de seis meses que ni siquiera pincho. El neumático delantero está en las últimas pero aún aguanta. Y si no aguantara los chicos de Schwalbe me han enviado unos nuevos neumáticos: el famoso modelo mundial. Así que no quiero que esta época de vino y rosas se estropee por un vuelo.
Llegaré a Honolulu el 15 de abril a las nueve de la mañana. Es el día del Padre San Damián: fiesta nacional. Es curioso, pues salgo de Auckland el mismo día a las cuatro de la tarde. Es lo que tiene viajar hacia el oeste. Honolulu no parece la mejor ciudad de Hawaii para pedalear asi que, forzando mi suerte, sin salir del aeropuerto tomaré un avión hacia Hilo en la isla grande de Hawaii. Algunos ciclistas que han andado por ahí ya me han dicho que debo estar loco. Es una isla volcánica con tremendas cuestas. Pero creo que con la paliza que llevo en Nueva Zelanda voy bien entrenado. La idea de recalar en Hawaii en mi rumbo a Alaska es doble: primero porque era más barato volar ahí que a Vancouver y la segunda porque aún hace mucho frío en Alaska. La máxima en Anchorage es 6ºC hoy. Parece que sigo los pasos de Cook, que tras cartografiar Nueva Zelanda en 1769 llegó a Hawaii nueve años después siendo el primer europeo en hacerlo.
Dedico esta última semana en Nueva Zelanda a organizar la partida y a despedirme de los amigos. Cuando llegué aquí hace seis meses no conocía a nadie. Hoy me faltan días para despedirme de todos mis amigos. Al menos trataré de dedicar tiempo a los más importantes. Como Max y Catherine. Les conocí cuando vine a Matakana antes de la navidad. Me invitaron a su casa, luego a pasar con ellos la navidad y ahora no puedo irme sin rendirles visita. Con sus sesenta y pico años Max desprende una energía que no tuve yo con quince.
He llegado hasta Auckland tras pedalear por la costa este de la isla norte. Una de las áreas más remotas y tranquilas. Luego me adentré hasta el norte de Coromandel, donde el sol salió incluso tres días seguidos. Ha sido uno de los peores veranos de la historia de Nueva Zelanda. Confío que no lo sea también de Hawaii.
Como algunos habréis notado, un problema con el último boletín ha provocado que se enviara muchos correos descontrolados. El tema está solucionado. Os pido disculpas de nuevo por las molestias, ajenas a mi, pero provocadas por una falta de meticulosidad a la hora de decidir quién realizaría mi boletín. Quien se encargó del último no lo seguirá haciendo. Busco quién lo haga como ya comenté en mi último boletín. En mi mano no es posible hacer malabares con más bolas.
Desde la isla de la larga nube blanca, Paz y Bien el biciclown.
Suerte en el viaje Álvaro. Ya pensábamos que te quedabas a vivir en las Ántipodas. Un abrazo.
Gracias por compartir tus experiencias de vida, por medio de este boletín, por favor no lo interrumpas…
Siempre te ha gustado ir a contracorriente, numca te ha importado ir con el viento en cara, te gusta ir cuesta arriba … animo y explicales a los churferos que hay vida mas alla de sus islas!!!
Suerte y espero que nos veamos por las Canadas y por las Canarias (depende de mi presupuesto claro… ya se que tu bici no gasta mucho).
Un abrazo.
Cipri