Más de 4 veces la lancha giro por completo. Afortunadamente en esta parte del Nilo, las aguas no albergan cocodrilos. Los locales se divierten viendo a los blancos salir a flote cuando la barca vuelca. Ellos prefieren darse un chapuzón en la orilla. Dentro del extraordinario equipo de NRE, hay muchos chicos de la zona que manejan con envidiable destreza los kayaks.
Kuro, el japonés, me acompañó en el remojón, y Jokin, el vasco, tiró las fotos. Para él no era muy emocionante el rafting, decía que la Ría de Bilbao es mucho más peligrosa. Ya se sabe estos vascos. Mil gracias por las fotos Jokin.