(Saarbrucken). El sol no entra por la ventana iluminando el salón de tu casa, aunque es verano y las nubes no obstaculizan su paso. Ocurre que no tienes ventanas ni casa. Hoy es lunes y te has levantado a las seis y media sin despertador. Unos pájaros han venido a avisarte de que ya es hora de ponerse en pie. Ya no usas despertador. El cuerpo se ha acostumbrado a vivir al ritmo que marca el sol. El mismo que utilizan los pájaros. Ellos tampoco tienen casa y no por ello dejan de cantar. De hecho parecen volar más alto y más ligeros cuanto menos llevan encima. Aún te queda mucho camino para igualarles.
Ayer te afeitaste. Ya era hora porque tu barba blanca obligaba a que en los supermercados las dependientas te tratasen de usted. La última vez que te miraste en el espejo fue hace ocho días. Esas pequeñas observaciones narcisistas coinciden siempre con el afeitado. O con algún espectáculo, pero de estos no hay en el horizonte opciones tangibles.
Tu día a día es idéntico al de otra mañana similar hace 15 años. Tu cuerpo ha cambiado, las canas han habitado en tu cabeza sin hacerte por ello más sabio y si un poco más tozudo. A tu edad otros ya tienen familia, hijos y un divorcio a sus espaldas. Tu ni siquiera has vivido con una mujer más de un año en toda tu existencia. ¿Cómo es posible? ¿De qué huyes?
Tratar de alargar tu juventud es tan inútil como detener un invierno con el bañador y la toalla de la playa. Tarde o temprano la vida te va a pasar factura. Un día no muy lejano tu cuerpo no será capaz de dar una pedalada más, deberás asentarte, necesitarás cuidados, no podrás seguir acampando debajo de cualquier árbol, se te atascarán los recuerdos (entonces no serán recuerdos sino olvidos), y tu paso nómada será renqueante. ¿Has pensado en todo eso?
Supongo que no, de otro modo celebrarías tu cincuenta cumpleaños en un país cuya lengua ni hablas, con personas que acabas de conocer y a las que has tenido que comunicarles la noticia de tu cumpleaños porque nunca lo hubieran adivinado. ¿No te da lástima?
Observo estos pensamientos que fluyen por mi cabeza mientras me preparo un café en mi cocina, debajo de un árbol, acompañado de hermosos pájaros que me cantan el cumpleaños feliz (a su manera). En días como hoy conviene sentarse a desayunar con tu pasado, acariciarlo sin deseos de que vuelva, y envolverlo en un paño húmedo para que se conserve fresco hasta el año que viene.
Huelo el café que la cafetera tan amablemente me ha preparado y atrapo una hormiga que pretendía darse un banquete con una de mis galletas. El sol ilumina la escena sin ventanas que condicionen su foco lumínico. Una de las ventajas de esta vida nómada es que soy capaz de detener el tiempo. Para ello me basta con no llevar el reloj encima y con no poner el despertador por la mañana. Salvo en días como hoy en que una fecha, diecisiete, y un mes, Julio, me recuerdan que es mi cumpleaños.
Mañana me levantaré con igual rutina, nada cambiará, quizá una cana más y nuevos pájaros, pero seguiré ignorando el tiempo mientras saboreo un cafe. Estamos vivos, tanto o menos que ayer, y eso depende sólo de la conciencia de nuestros actos, no del calendario.
Paz y Bien, el biciclown.
Feliz Cumpleaños desde Polonia
Felicidades Alvaro. Sigue contagiandonos con tu vida.
Al menos tus cumpleaños son diferentes a lo que la mayoría suele hacer; todos los días son novedosos, siempre en un lugar distinto.
Muy feliz cumpleaños
Cuanta poesía en tan pocas líneas. Felicidades campeón.
Feliz Cumpleaños Alvaro , gracias por tus narraciones que ayudan a soñar
Felicidades y que sigas persiguiendo tus sueños!!
Me a sorprendido o quizas dado una cachetada esto. Gracias y a seguir.
Felicidades!!! Gracias por ayudarnos a todos a soñar con otra vida posible.
ZORIONAK Mr. Alvaro. Que el ritmo y las risas no paren. Ánimos a Karma para que aguante hasta tu llegada.