Leyendo a Spinoza y su Tratado de la reforma del entendimiento, afirma que placeres, honores y riqueza no conducen a la felicidad, no aportan una felicidad duradera, cierta y segura.
Con esa terminología de placeres, no llegamos a captar la modernidad de su afirmación; su valor actual. Placer es, hoy en día, comprar de forma compulsiva cosas que no necesitas, pagar a plazos lo que no has podido comprar porque no tienes ahorros…; riquezas es estar todo el día pensando en tu salario, en mejorar de casa, de coche, de bici…; y honores es andar preocupado por lo que otros dicen de ti en las redes sociales, si les gusta lo que publicas, si comentan…
Así tal vez entendamos mejor que ahí no hay felicidad duradera ni cierta. No es duradera porque la bici que te has comprado hace cinco años ya no te da felicidad, y no es cierta o segura, porque de ti no depende lo que otros digan de ti. Eres una marioneta si andas buscando la afirmación y aprobación de los demás en cada cosa que haces.
En cambio hay otra cosa que aporta felicidad duradera, dice Spinoza, y es el bien verdadero: es el conocimiento de la última realidad, de la causa de todas las causas. Él lo llama Dios pero también Naturaleza, así, en mayúsculas, como también hacían los estoicos.
Es que Spinoza era un estoico. ¿De qué otra manera alguien puede ser expulsado de su comunidad y decir que no importa, que lo que iba a hacer en su vida lo hubiera hecho con o sin expulsión?
Para Spinoza, como para los estoicos, no hay objetivamente hablando nada bueno y nada malo. Todos son hechos neutrales de la naturaleza, y aceptarlos, y hacerlo con alegría, es nuestra única libertad.
No somos libres cuando compramos una bicicleta nueva, sino que somos marionetas del marketing y de las modas. Somos libres cuando entendemos que nuestra esencia es divina, que en nosotros hay todas las cosas (las que denominamos erroneamente buenas y malas) y que todas están cumpliendo su finalidad en esta vida.
Que no lo entendamos no significa que no sea así.
A un burro le pones delante la partitura de la novena de Beethoven y no la entiende, es posible que se la coma, pero no por ello deja de ser una obra de arte.
Lo incierto de la propuesta de Spinoza, es que no sabemos si llegaremos a entender (con nuestra intuición) nuestra esencia divina. Lo incierto aquí es el resultado Mientras lo incierto en la riqueza, los placeres y los honores está en su propia naturaleza. De suyo no conducen a nada.
Vale la pena Abrazar la incertidumbre que propone el holandés. ¿No te parece? Te leo en comentarios.
Los budistas dicen que todos llevamos un Buda dentro. La verdad es que excepto el de “lo que piensen de mí en las redes sociales” padezco de los demás males que comentas.
Bueno, el camino se hace poco a poco, no nacemos enseñados y eso también es bonito, aprender y crecer un poco cada día.
Gracias, de nuevo, por tus palabras.
Gracias a ti por escribir aquí
Vamo a ver. Si que soy libre cuando compro una bicicleta. Para empezar elijo comprarla nueva o de ocasión. Estudio el mercado y elijo aquella que me gusta mas y tiene los componentes que creo tienen un mínimo de calidad para lo que YO necesito. Y elijo también un rango de precios. Y al igual que tu, seguiría siendo feliz sin bici porque mientras tenga salud y pueda caminar, correr, hacer pesas y lo que me venga en gana me vale. Pero al igual que tu, el hecho de ir en bicicleta y hacer deporte me produce una gran satisfacción, conocer gente con tu misma afición, hacerle el mantenimiento para que funcione lo mejor posible, son cosas que tengo comprobado me sientan muy bien. Pero si, podría estar sin bici pero como soy libre elijo tener bici pero no la de 6000 euros que me dice el mercado que compre, sino una de 1000 que se adapta a mi nivel y a mis necesidades.
Y también te digo que cuando llegué a casa y la puse en el soporte de taller jure que la próxima bici sería nueva, pero no de 6000 sino de 2500.
Salut i força al canut, ja, ja, ja.
hola Sergio.
Tu móvil está lleno de la publicidad que, según tus búsquedas, los algoritmos te van ofreciendo. En función de eso se va generando tu deseo de compra.
No puedes elegir lo que no conoces. Tu libertad se limita al escaparate del mundo (relaciones, publicidad, estudio…) en el que vives.
Tampoco has elegido nacer.
La libertad es una palabra muy bonita pero que, como una rosa, al verla muy de cerca pierde encanto.
un saludo !
Hola Biciclown, me parece que Espinoza y su Tratado no andaba muy desencaminado, pero la forma de vivir en estos tiempos es la que es y como tú bien dices muchas veces hay que «aceptar», pero creo que solo con conseguir dominar un poco esas tendencias de placer, honor y riqueza para no estar en un nivel extremo ya es un gran avance.
La tv está, internet está, las redes sociales están y eso es muy difícil de evitar igual que no se puede evitar cruzar la calle sin mirar.
Un saludo
hola Pepe
En Japón cruzan la calle sin mirar. Ahi lo dejo. Un abrazo