(Pirineo catalán). En una esquina de la habitación la bici descansa de la última batalla; es la misma con la que terminé la vuelta al mundo, y en su portabidón aún hay una botella con agua. Es agua recogida a más de dos mil metros de altura, en el puerto de la Bonaigua por donde he pasado hace unos días. Una aventura de quince días en la que he querido volver a probar mis fuerzas. Las de los recién cumplidos 51. Cuando nos colocamos las ropas de viaje, el sombrero de paja, las gafas de sol un poco más atrevidas que las que usamos para ir a la oficina, es como si nos enfundaramos también una mirada más amplia, menos circunspecta, más colorida. La mirada del aventurero. Volver de viaje es también, en muchas ocasiones, guardar esa mirada. Concluir un viaje de vacaciones implica deshacer las maletas y apilarlas lejos, fuera del alcance visual, para que durante el año no nos recuerden nuestra voluntaria vida rutinaria.
Para quien ha traspasado el umbral del viajero trasformándose en pasajero, en visitante de esta Tierra (no me atrevo a llamarlo nómada porque esta palabra parece también haber sido apropiada por la publicidad, como biológico, ecológico…), no hay maletas que deshacer porque, simplemente, no hay armario donde guardarlas. Desde que traspasé la imaginaria línea de llegada en Oviedo el 19 de noviembre de 2017, he continuado viviendo con vocación de bola de billar sobre el aterciopelado tapete. Primero el amigo Eric me ofreció su casa en la costera localidad de Arenys de Mar. Surgió la oportunidad de comprar una autocaravana en Pamplona y ahí establecí mi hogar móvil. El vendedor, R.O., hijo de un conocido transportista (y buena persona) de Pamplona, me prometió hacerse cargo de las posibles anomalías que hubiera en las primeras semanas de uso. Parecía que las conociera. Varias piezas, como la puerta del baño o algún tirador, estaban pegados con ese pegamento de mírame y no me toques, y al primer uso se desmoronaron como la propia fachada de R.O.
La alarma del vehículo aseguraba que se podía configurar por internet pero el distribuidor en España, tras varias pruebas, me dijo que debía configurarla manualmente…, 100 euros de gasto que R.O. no quiso pagar. Una fuga de gas que encontré meses más tarde haciendo una revisión rutinaria tampoco la ha pagado. Ni por supuesto la batería del motor que debí cambiar y que falló en cuanto llegaron las primeras nieves.
Lo más costoso ha sido el gasto de 300 euros del panel solar y algún componente que he debido comprar. El panel solar nunca funcionó. Es algo que no compruebas el primer día de habitar en la autocaravana. Era un modelo chino que respondía en prestaciones al precio que pagó. Se comprometió a correr con los gastos de un nuevo panel, o lo que fuera que no funcionara, pues parecía en primera instancia que el transformador era el problema. Tras comprar uno nuevo, siguiendo sus instrucciones, y no resolverse el problema, adquirí un nuevo panel solar, guiado por su palabra de que me pagaría los gastos siempre que no superaran los 300 euros. Es aún el día de hoy que espero que lo haga. Ha dejado de responder a los mensajes de whatsup o de correo electrónico. Es triste que un profesor de Filosofía de un prestigioso colegio de Pamplona, no sea capaz de cumplir su propia palabra. ¿Qué filosofía puede enseñar R. O. a sus alumnos? ¿Con qué moral va a enseñar a sus estudiantes? Por si fuera poco integra el equipo de la Pastoral del Colegio.
Quién así se comporta se traiciona a si mismo y luego a su entorno.
Tras varias vueltas por España para dar conferencias y conocer algunos de mis seguidores más fieles, apareció la oportunidad de vivir en una sencilla casa, pero muy acogedora, en el Pallars Subirá, casi en la frontera con Francia. Gracias a otra pareja de lectores de mis libros, Fran y María, que me han ofrecido esta posibilidad.
Aquí pergeño la escritura de otro libro, que resuma mis vivencias desde el 2011 hasta el 2017. Pero como tanta actividad intelectual sin un poco de ejercicio físico debe ser malo para el espíritu, me he ido quince días en bicicleta por los puertos del Tour de Francia. Una ruta que había hecho en el año 1992 y que ahora, con unas cuantas primaveras más, quería intentar. La bici no pesaba mucho menos que durante la vuelta al mundo, tal vez 15 kilos menos, ahora 65. Mi destino era Pamplona, para visitar al amigo Portu y celebrar con él su 50 aniversario. Y, como no, disfrutar de una de las fiestas más alucinantes que conozco, en la ciudad en la que estudié Derecho, los San Fermines de Pamplona. Hacía trece años que no estaba en fiestas y se me fue un poco la mano con la diversión. No estoy acostumbrado a volver a la cama a las seis de la mañana haciendo eses. Al día siguiente no levanté cabeza hasta las cuatro de la tarde.
Tocaba el regreso, por los mismos puertos pero por la cara inversa, a esta casa del pirineo catalán. Pero no paraba la actividad física.
Aún quedaban un par de días de caminata con mi amigo Agustín, por los pirineos. Este afable cura salesiano escuchó una entrevista en Radio Euskadi que me hizo allá por el 2003 Roge Blasco, y me invitó a dar una conferencia a su colegio en Urnieta. Desde entonces hemos mantenido amistad, he vuelto a su colegio en Pamplona a dar varias conferencias y ahora hemos caminado la ruta llamada La Puerta del Cielo en un día de inusitada ausencia de nubes en el cielo catalán.
Se han terminado ya las vacaciones y vuelvo a la escritura del libro, para intentar terminarlo antes de fin de año y de que comience de nuevo la temporada de conferencias. Desde que he entrado a engrosar la cartera de conferenciantes de choubisnis no me faltan oportunidades.
No se a dónde me lleva el destino, parece que cerca de Pamplona podría encontrar otra casa en la que detenerme, de forma provisional, y mientras tanto seguir vagabundeando con mi autocaravana, masticando cada día de la vida como si no hubiera segundo plato. El postre ya me lo comí por si acaso.
Paz y Bien, el biciclown.
Una sucesion de decisiones…intuiciones..sueños y busqueda..ha hecho que desde hace unas semanas estes presente en mi camino…yo no te conocia..bueno no te conozco personalmente..pero todo lo que escucho y veo en tis publicaciones y videos.me resulta tan familiar que a veces parece que solo escucho una voz dentro de mi que es mia…En fin seria un placer disfrutar simplemente de una charla contigo…pasaste por Pamplona…estaba trabajando..ya termine..y parece que la vida te trae de nuevo cerca de Pamplona…en fin..yo vivo en Baztan ..y quizas puede que sea lo suficientemente cerca..para un buen encuentro en algun momento en el que te apetezca compartir tu tiempo….ahi lo dejo
Seguro que en algún momento coincidiremos. He dado por Pamplona ya varias charlas y tengo intención de acercarme un poco más a esa tierra. De momento, si quieres conocer más de mi o de mis viajes o formas de vida, ahí están mis libros. Seguro que te acercarán más a ti, o a mi. Gracias álvaro
Estimado Álvaro. Soy Sergio de Argentina. Tu experiencia y sabidiría acumulada me han inspirado. Quiero cumplir mis sueños. Tengo familia Y haré viajes cortos. Gracias por tu existencia y tu humildad. Te hacen mas grande. Nos seguimos encontrando virtualmente. Un abrazo.
Hola Sergio. Gracias por tus palabras. Recuerda que si quieres ahorrar dinero y disfrutar más de tus viajes, en biciclown plus, hay contenido exclusivo que te ayudará, como a muchos otros, a preparar tus viajes. Un abrazo hasta ese país que tanto quiero y admiro.