La Teletrasportación

Al menos llegaron las nuevas cubiertas y calcé con ellas a Karma para cruzar a Tierra del Fuego. Para quien como yo ha venido descendiendo en bici desde Alaska, la Tierra del Fuego es como la guinda de un pastel -del continente americano- que he ido comiendo a pedacitos desde hace tres años. Casi todos los días hay un solo barco que cruza a la isla, hacia Porvenir. Salí del cuartel de bomberos con las luces encendidas porque el sol seguía durmiendo. En la bodega del barco había otra bicicleta de otro viajero. Alguien que conocía bien. Era la bici de Martina. La última vez que la vi fue en Huaraz (Perú) y ahora el camino que se estrecha como un embudo nos reunía de nuevo en las últimas pedaladas hacia el sur.
Porvenir es el inicio de la carretera del Fin del Mundo. Un camino de ripio que atraviesa grandes estancias donde las ovejas se contaban por cientos de miles hace unas generaciones. Ese sistema de vida aún perdura aunque a menor escala. El viento empuja y el sol se anima a salir para colaborar con la primera jornada en esta tierra de gente curtida por mil batallas. En la Estancia Concordia nos abren las puertas. Gente de campo, sencilla, que no hace preguntas y ofrece respuestas.

-Aquí está el baño, aquí podeís dormir y aquí guardaremos las bicis, nos dice David que viene de guardar los perros y dejar los caballos en el establo.

Toda la sala huele a oveja porque en la cocina ya se prepara la cena. Hoy capón. Varias baterías alimentadas por aerogeneradores dan luz y servicio a la casa. Salvo en eso la vida del gaucho hoy no es muy distinta a la de hace un lustro. Recorren el campo para juntar las ovejas y que el invierno no las encuentre perdidas en el monte, comen y toman mates hasta que amanezca. Los días son cada vez mas cortos y la leña se consume rápido en la estufa.

Camiones%20out

A boxes

Un te y pan con mantequilla será el desayuno de mi último día en Chile. La frontera con Argentina, San Sebastián, marca el final de mi paso por aquél país. En la frontera me encuentro con un chileno que ha vivido más de treinta años en España. Una bandera catalana adorna su local de café y empanadas. Roberto convida a café a casi todo ciclista que pasé por allá. Y los gendarmes de Argentina te brindan una sala con cocina y calefacción para pasar la noche.

GAribaldi

El gas en Argentina es muy barato y cada casa lo tiene, a diferencia de Chile donde es costoso ese sistema de calefacción.

La isla es un zoo sin rejas. En el mar las toninas hacen surf con las olas, los caballos pastan en libertad, las ovejas van caminando hacia lugar más seguro y los guanacos saltan las vallas con la facilidad con las que Sotomayor flanquearía el metro cincuenta. Rio Grande es una gran urbe a orillas del mar, expuesta a fuertes vientos. Los bomberos voluntarios se cansaron de alojar ciclistas aunque por suerte, una mujer, Susana, nos invita a su casa. Le encanta la cocina y a mi me encanta limpiar las ollas con el pan, por lo que degustamos una riquísima cena en su compañía y la de su marido.

Roberto

Roberto en la frontera

Ya sólo faltan dos días, a lo sumo tres hasta Ushuaia, pero serán seis. Tolhuin es parada casi obligada porque en la panadería La Unión dan hospedaje y calor humano a los viajeros. Emilio lleva haciéndolo durante más de 30 años y sus empleados han agarrado la misma onda. En los muros de la casa abundan las inscripciones de viajeros y reconozco a viejos amigos que han pasado por aquí como Joseba y Corinne, con quienes coincidí en Mongolia 2010. Ahora son papás en Suiza…; la vida es una interminable partida de ajedrez que jugamos sin saber que nos acercamos al final en cada movimiento.

Milanesas

Omar de la panadería trajo esto en menos de 5 minutos para el hambriento

Una tormenta de nieve corta el Paso Garibaldi, el último paso hasta Ushuaia. Hacía años, en Alaska, cruzaba el primer paso de montaña del continente. Ahora la nieve corta el paso de otro paso de montaña. Los camiones de vialidad no dan a basto a tirar sal para derretir el hielo y los camioneros acostumbran a terminar su recorrido en la banquina.

Pero por fin, apenas dos días antes de que arranque el invierno, llego con Martina a Ushuaia. Una última curva esconde la ciudad del fin del mundo. Un tipo con buen humor que no sabía nada de me aloja en su apartamento, pequeño pero elegante. Me lleva a visitar Lapatia, y así sacarme una foto idéntica a la que me hice hace 13 años, cuando llegué por primera vez.

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Fin del mundo

Ahora sólo queda salir de Ushuaia mientras la nieve cubre las calles. ¿Cómo? Soy de la filosofía de la practicidad. Lo cuento en mis charlas. Cada problema viene con un kit de tres soluciones. Basta abrirlo y elegir la mejor.

Plan A- hacer dedo y buscar un camionero que me lleve hacia el norte
Plan B- pedalear poco a poco
Plan C- improvisar

Lapataia

Como hace 13 años pero con frío

Martín, mi anfitrión, trabajaba en el Instituto Fueguino de Turismo. Concertó una entrevista con el presidente y le expuse la posibilidad de colaborar para difundir la marca Tierra del Fuego por el mundo. A cambio ellos me ayudarían a salir de Ushuaia hacia Buenos Aires. Funcionó el plan C. Tres días mas tarde llegaba a Buenos Aires en avión. La teletrasportación funciona. No veo nada en las tres horas que dura el viaje pero llego a mi destino. Eso no es viajar es trasportarse.

Promocionando

Sesión de fotos

Difundir el destino Tierra del Fuego por el mundo me ilusiona y me plantea por lo demás una sombra de pregunta. Siendo asturiano ¿ por qué no he promocionado por el mundo Asturias? Cierto que llevo una bandera de Asturias en mi bici, confeccionada a mano por el centro asturiano de Rosario (Argentina), pero ¿no podía haber sido mayor la promoción?

Antes de iniciar la vuelta al mundo hablé con Carlos Madera, responsable de cultura, con Daniel Gutierrez Granda, director de deportes, ambos del Principado de Asturias, y con más personajes de la política. Todos mostraron su interés en mi proyecto pero ahí quedó la cosa. Una palmadita en la espalda y suerte chavalote. Imagino no daban crédito a mi proyecto de 10 años de vuelta al mundo. Hoy puedo decir que la bandera de Asturias de mi bicicleta ha llegado a rincones del planeta en los que nunca habían oído mencionar ese territorio. No serán 10 años, mas bien 13, y yo regresaré a Asturias y esos políticos no estarán en la silla en la que me despidieron. Otros la ocuparán.

Ahora en Buenos Aires me reencuentro con viejos amigos y disfruto de un invierno más suave del que se contempla en Ushuaia. Amanece antes y desde un decimotercer piso observo a las hormigas ir a trabajar.

Paz y Bien, el biciclown.

Llegando

7 comentarios en “La Teletrasportación”

  1. amigo mio, te leo desde hace años, creo (ya lo veremos)que la parte mas emocionante de esta historia viene ahora….. a donde iras? a que mundos? esta tierra se te acabo en la rura 40 otra vez?

  2. saludos alvaro, cuando hace años pedaleabas por esas mismas tierras te imaginabas que ibas a volver despues de tanto tiempo nunca se sabe, en cuanto a la manera de viajar hice esa ruta desde buenos aires hasta usuhaia en autobus y luego subimos en avion no me imagino como podria haber sido en bici. tambien soy asturiano y tu sabes lo que nos gusta la tierrina pero tampoco hace falta llevar la bandera por el mundo bueno no me enrollo mas salud biciclown

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