En el camino que me lleva desde el Centro Don Bosco donde estoy alojado y la Iglesia de los salesianos hay un pequeño cementerio. Forma parte de la vida, porque los muertos nunca se han ido del todo, y por eso no esta vallado, ni tiene horario de entrada ni de salida y las personas lo cruzan como si tal cosa.

En Cotonou lo importante es la belleza y por eso abundan las tiendas de peluqueria en la que las africanas se ponen trenzas y tratan de domar su indomable cabello. Pero hay personas a las que la imagen no les importa tanto. Esa es Teresa, mi providencia.

La historia comenzo a las siete de la mañana de un dia que asisti a la salida de misa. Me presentaron a Teresa una monja de Valcarlos, Navarra, que lleva aqui mas de 25 años. Teresa soporta todo, o mejor dicho, casi todo, porque no soporta que la gente venga a Africa a hacer turismo, porque en Africa hay mucho por hacer.

Esa mismo dia llamaron a Teresa por telefono dos personas. El consul de España en Nigeria, que advertido de que un español andaba por aqui queria prevenirle de que tuviera cuidado en el pais. La otra llamada era desde España y era de mensajeros de la paz, la organizacion que recibio el premio Principe de Asturias y cuya cabeza visible es el Padre Angel. Ellos tambien sabian de mi estadia en Cotonou y querian contactar conmigo. Blanca Diez, delegada general de esa organizacion, acababa de llegar de Madrid a Cotonou y me buscaba. Tras hacerlo hasta en el Ministerio de los Deportes y la Juventud, se le ocurrio llamar a su amiga Teresa. Esta le dijo que esa misma mañana me habia conocido y que me podia llevar al encuentro con Blanca esa misma tarde.

Asi fue, y de la conversacion con Blanca y su marido en el Hogar de los niños que mensajeros de la paz tiene aqui, planificamos mis proximas actividades de clown. Una actuacion para el Hospital de Abomey, otra para los refugiados politicos de Togo, mas de dos mil, y en fin, hasta una posible visita del Padre Angel desde España para presenciarlo.
Y todo porque la Providencia, encarnada en Teresa se me cruzo a las siete de la mañana en el patio de la Iglesia. Y sabeis a que orden pertenece Teresa?.

A las Hermanas de la Providencia.