En el Tibet el monte Kailash es el lugar elegido, por su carácter sagrado, por los pergrinos que lo circunvalan. En la provincia de Qinghai es el monte Machen Kangri de más de 6.000 metros el elegido para la kora o peregrinación. Hay una carretera que rodea la sagrada montaña que alberga a la divinidad Machen Pomra. Pasa en algunos tramos por puertos de más de 4.800 metros y la lluvia puede convertir el camino en un barrizal. Guiado por un sentido puramente estético y no religioso seguí esa ruta. El aire es puro, aunque cuesta apresarlo con los pulmones, y cuando el sol se digna a salir de su cueva de nubes todo brilla como si fuera nuevo. Y ciertamente lo es, pues la lluvia lo ha dejado todo limpísimo. En estas alturas hay más yaks que coches y si la bici falla…, mejor que no falle. Mi Karma ha visto tirados coches, motos y camiones, pero ella aguanta con lo que le echen. La lluvia y el viento amenazaban cada noche con entrar en la tienda pero mi casa ha sido en Tibet el mejor refugio. Mejor que esos hoteles de medio rango sin baño en todo el edificio. Como no hay demanda de ducharse los hoteles no tienen duchas. Huele más a yak dentro de cualquier hotel de esta zona que en el propio altiplano. Desde el cinco de junio no he podido disfrutar de una ducha de esas en que, automáticamente, te cae el agua caliente sobre la cabeza. He tenido que bañarme en ríos a más de 4.000 metros o cargar mi bolsa de 4 litros de ortlieb con agua caliente y entrar en las letrinas de los hoteles. Muchas de las cuales no tienen puertas y son compartidas. Por lo que cuando tu estás haciendo tus deberes puedes verle la cara y escuchar los comentarios de tu compañero de sentada.
No veo ya la hora de llegar a Xinin, ducharme, comer fruta a temperatura superior a 18º C, y no ser el centro de todas las miradas en cuanto pongo los pies en la calle. Karma y servidor estamos al borde del agotamiento.
Paz y Bien, Álvaro el biciclown.

En la oficina	Muchos días para conseguirlo	A 4.812 m