Como suelo decir en mis charlas, si el final de la película es bueno, pues genial, pero centrémonos en lo único que está en nuestras manos: escribamos un buen guión de nuestras vidas.
En mi documental La sonrisa del nómada comienzo relevando un dato: el ser humano ha vivido más tiempo como nómada que como sedentario. Ahondando en este tema, el sedentarismo es causa o tiene relación con la mayor parte de los problemas del ser humano. Cuando en la Tierra no había fronteras, no había deseos de marcar el territorio, cada uno podía usarla según la necesitara. Así lo hacen aún los mongoles en sus vastas estepas. Llevan los caballos a pastar a un lugar y cuando se terminan las hierba se desplazan en busca de nuevos lugares. Pero nadie es propietario de un terreno que, por otro lado, no está usando.
En nuestras sociedades la gente ocupa espacios que no usa, o de los que dispone apenas quince días al año. Sin mencionar el irracional uso de ese espacio, mantenerlo, genera un coste (luz, agua, impuestos…) que obliga a trabajar más para mantenerlo. Se pasan la vida trabajando para mantener sus infraestructuras que, por lo general, infrautilizan.
La casa del nómada es la Tierra
El nómada no tiene nada a su nombre y sin embargo posee todo lo que su vista abarca. Se levanta por la mañana en mitad del desierto y su visión no está limitada por el muro del vecino. Por las noches, antes de dormir, un cielo estrellado le da las buenas noches y el canto de algún ave nocturna le asegura un buen descanso. Esa intensa unión con la Tierra no precisa de títulos de propiedad. El goce del momento le permite usucapir eternamente la Tierra que sus pasos han recorrido.
El nómada no puede acarrear cuadros con los que adornar las paredes de su casa, porque no tiene. El cuadro es el paisaje que, cada día, va mudando de color, de personajes y de luz. Su televisión no tiene pantalla plana, sino curva, como curva es la línea del horizonte.
La actividad diaria del nómada consiste en buscar comida y un lugar en el que pasar la noche. A veces puede ser un árbol o la casa de alguien que el camino le presenta. Su cuerpo está tan cansado por el ejercicio físico diario que dormirá a pierna suelta, sin pastillas, en cualquier lugar por más incómodo que parezca y sin tener un colchón de muelles.
El turista lo ve con la cámara, el nómada con los ojos del alma
El nómada no puede ser víctima de la sociedad de consumo porque no puede acarrear demasiadas cosas. Todo lo que compre será peso que debe cargar en sus hombros y, por esa razón, debe limitar lo que consume. La moda no le interesa. Las ropas están hechas para protegerle del frío o del calor, no para ir a tono con el paisaje. Además, lo que hoy está de moda en un lugar, puede que no lo esté en otro país. Y como el nómada se mueve constantemente nunca iría a la moda. La moda es por otro lado algo subjetivo. Para ti puede ser que el color rojo sea el de moda, pero a mi no me gusta el rojo, y no lo voy a usar por más que alguien me diga que está de moda.
La vida de un nómada tiene mucho que ver con la vida contemplativa de un monje budista o de un maestro Zen, porque el nómada está en permanente escucha y en estado de alerta. Si las nubes se van cerrando sobre su cabeza es señal de que puede llover y debe buscar refugio. Si los habitantes locales acarrean agua es indicativo de que en sus casas no hay agua. El mundo es una orquesta de señales que no escucharemos a menos que apaguemos nuestros dispositivos. Tenemos dos ojos, dos orejas y tan sólo una boca. Debemos hablar menos y escuchar más con nuestros cinco sentidos.
Disfrutar es sencillo, poseer no tanto
El nomadismo genera una inmediata conexión con la naturaleza, ella es tu verdadera casa, y no harás nada que la pueda perjudicar. El sedentarismo vive de espaldas a la naturaleza, hay que destruir para construir y sólo cuando el calentamiento global del Planeta es alarmante, los gobiernos se reunen para paliar (no solucionar) esa catástrofe. Pero por si acaso no lo pueden arreglar ya están buscando vida en otros Planetas para cargárselos también.
Tenemos en esta Tierra espacio suficiente para todos, comida para almentar a toda la humanidad, y sin embargo, unos cuantos se encargan de acaparar demasiado. Si la gente volviera a ser nómada, volvería a conectar con la Tierra y con su propio interior, se les iluminaría el rostro y caminarían por la vida con una sonrisa.
Es muy posible que no puedas darle a tu vida un cambio radical y convertirte en nómada de la noche a la mañana. Pero reflexiona sobre las ventajas que tiene la vida de un nómada y tal vez te sientas atraído por ese perfume de libertad.
Paz y bien, el biciclown.
Los nómadas siempre se entienden
Cuanta razón. Cada dia mas de acuerdo en todo lo que cuentas, en no importarme para nada la moda, en ser mas uno mismo y pensar menos en lo que dicta la sociedad. Me encantaría ser tan hippy como tu. Un abrazo
Puede que cierto en el caso de autenticas tribus nómadas, pero me pregunto, si en el caso del viajero no tiene sus contradicciones. Cuantas veces nos hospedamos bajo techos fijos, recibimos repuestos en direcciones estables o utilizamos medios de transporte que no existirían sin esa civilización sedentaria…un tema complicado. Animo en el viaje!!
BUENO, BONITO Y BARATO TU MENSAJE.
GRACIAS
LO DIFICIL ES PONERLO EN PRACTICA, PERO PLANTEARSELO ES DAR UN PRIMER PASO.
VIENTO EN POPA!
Te entiendo y aplaudo Alvaro, pero no todas las que no somos nómadas somos personas sedentarias en nuestras vidas.No existe tampoco en esto la verdad absoluta….Aurrera beti zu!!
saludos gran nomada, de acuerdo contigo el que el nomadismo es bueno y nos hace vivir mucho mas ya que las sensaciones son multiples. aunque mucha gente debemos vivirlo en periodos mas cortos de lo que quisiéramos y no como tu que estas a tiempo completo disfrutalo alvaro
Es apasionante leer opiniones diferentes como las de Ion. Mi intención con ese artículo es llamar la atención de que ser nómada, como forma de vida o como forma de sentir, es importante para nuestras vidas sedentarias. Se puede ser nómada, en espíritu, aunque tu vida sea sedentaria. Bien que sea más difícil. Gracias por vuestros comentarios
Tu actitud ante la vida es la Coherencia, con todas las incomodidades y la gratificaciones que conlleva.
Me satisface siempre reflexionar sobre tu vida, el ejemplo que muestras.
Paz y Bien, Álvaro
Si el nómada es sinónimo de vida y sedentario es sinónimo de infelicidad..!
Querido amigo, hace años que sigo tus andanzas y con esta entrada,
hostia! la has clavao.
No puedo estar más de acuerdo contigo, te expresas con tanto atino
que ya quisieran algunos políticos tener algo de luz en sus palabras como hallo en las tuyas. Tu discurso no está de moda, como tus ropas –supongo–, pero está de rabiosa actualidad por contradictorio que parezca. Vivo ahora en Nepal. Creía que aquí sería fácil reencontrarme con mi espiritualidad, nuestra espiritualidad, y que me he encontrado? un furioso materialismo que desbanca casi cualquier halo de poesía, como si se desprende de la mayoría de tus
escritos.
un fuerte abrazo, estamos unidos bajo las estrellas.
Un granaíno.
Gracias Alvaro, por tus útiles reflexiones. Te deseo lo mejor, para este año 2105. Saludos.
cierto tienes mucha razon en lo que dices,tambien creo que si todos aportasemos un poco no habria hambre en el mundo hay para todos!!te deseo lo mejor cuando llegues a bolivia! yo estare en el alto el dia 28 de enero un saludo