La visita se interrumpe de 11 a 14h, pues es cuando los monjes rezan. Sus cantos lineales como la roca provocan sopor a la hora de la siesta. El interior de las Iglesias es un tanto decepcionante. No hay grandes retablos, ni oro, ni siquiera esculturas de santos. Tan sólo algunas pinturas y el monje de turno que, solícito, se coloca la casulla y porta las cruces motivo de adoración por los fieles.