Invita a casa a dos tipos de personas: viejos amigos o payasos que van en bici por el mundo y tienen una urgencia. Y a ambos les provee cuando entran en su casa de un kit del viajero. Consiste en una tarjeta para tomar trasporte local, una hoja con expresiones básicas en chino, las llaves de su casa y un teléfono móvil con los números de varias personas a las que llamar en caso de apuro. Junto al nombre de esa persona figura un número. Va del 1 al 10. Hacen alusión a su nivel de chino. En el caso de tener un problema en la calle con el taxista o buscando alguna dirección puedes llamar a Marta-6 o a Ryan-10 si la cosa se complica más.
No esperaba que mi parada en Shanghai fuera tan accidentada. Llegué con unas expectativas y estoy teniendo que improvisar demasiado en el terreno. Eso dificulta mi trabajo y mi concentración para escribir el libro. Quién hace meses me invitó a venir a Shanghai me comunico poco antes de llegar aquí que no podía cumplir su promesa. Otro amigo del camino me echó un soberbio muletazo durante varias semanas. Pero ahora él tampoco puede ayudarme más y ha surgido Álvaro con su kit del viajero.
No han dejado de venir personas en mi ayuda durante estos 6 años de vuelta al mundo. Casi siempre con buenas intenciones y solo unos pocos para salir en la foto. La mayoría entienden lo que hago y solo unos pocos no lo comprenden bien. Parece ser que como payaso que digo que soy y que actúo gratis, no comprenden que me niegue a hacer un espectáculo en una Residencia privada para 15 niños con deficiencias mentales en una fiesta con fines benéficos para la propia residencia. Debería actuar en todo lugar que me propongan. A muchos les cuesta comprender que quien escribe estas líneas, responde a los correos, arregla la bici, se informa de la situación en los próximos países, ofrece conferencias, busca financiación y escribe un libro, es la misma persona que hace el payaso. Y olvidan que hacer el payaso es uno de los trabajos más serios que hay. Se trata de encontrar unos beneficiarios adecuados, preparar el lugar del espectáculo, entrenar para el show y documentarlo.
Quisiera quitarme las medallas que alguien me ha puesto. No soy un payaso que actúe todo lo que podría. Hay muchos payasos por el mundo actuando gratis mucho más que yo. Que no les importa si entre la audiencia hay 15 niños huérfanos ó 150 de clase media-alta. Mi proyecto es el que es y llega a quién llega. Las cifras y datos son públicos y están en esta web. Al que le parezca que hago poco o que podría hacer mucho más que se suba en una bici, se ponga una nariz de payaso y me haga competencia. Yo le ayudo si necesita información.
Desde Shanghai, la semana de mi Sexto año de vuelta al mundo, Paz y Bien, Álvaro el biciclown.