la cerveza final

Desde el sur del Sur

Hablar portugués me permite recorrer este país haciendo preguntas. Cuando veo algo que no entiendo…, pregunto.

Tras salir de Lisboa y tomar un par de ferrys entramos en la denominada ruta vicentina, una ruta de pescadores que está señalizada en colores verde y azul para poder caminar el litoral al sur de Sines y llegar más al sur del Sur. En ocasiones es una ruta que se puede pedalear, tomando los riesgos consiguientes de que acabes el día con los triceps destrozados por haber tenido que empujar la bici por arenales.

desde la duna
Desde la duna

Pero la amenaza más real para el ciclista no es la arena sino los condominios privados. No se si en Portugal hay ley de costas pero lo cierto es que hay grandes extensiones de terrenos cerca del mar que para Google siguen siendo caminos públicos y que, al intentar recorrerlos, te encuentras con una barrera y un cartel de Propiedad privada.

Los extranjeros en su mayoría son los propietarios de casas con piscina (una por casa, no son capaces de compartir una para todo el complejo), que utilizan apenas unos meses al año. Así me lo confesaba un agricultor que veía como se iba quedando sin amigos pues preferían vender sus tierras que seguir cultivándolas.

Todo es lícito. Legalmente lícito.

Moralmente no se. Que cada cual opine.

Nosotros, los que viajamos en bici, estamos más emparentados con las cigüeñas que anidan en acantilados que con humanos que hibernan en casas con piscina individual.

Si un acierto hemos tenido en estos más de 30 días de travesía, ha sido hacerla de norte a sur para aprovechar el viento favorable.

acantilados
Acantilados

Hoy escribo esta historia desde el jardín de un warmshower que nos ha recibido dos noches, y donde podemos lavar la maloliente ropa y cargar las baterías electrónicas. Todo lo tenemos gastado, hasta la crema solar.

Esta mujer regenta un Airbnb que tiene lleno todo el año. Los alquileres en esta zona son imposibles, y las habitaciones de hotel (si es que hay libres) no bajan de 120 euros. En ocasiones ofertan camas en habitación compartida por 80 euros.

Una vez a la semana necesitamos parar y, dado que no podíamos hacerlo en ningún albergue u hotel, al estar llenos, recurrimos al Ayuntamiento de un pueblo: Vila do Bispo.

Una de las responsables de turismo hizo un par de llamadas para ver si podíamos tirar las colchonetas en un polideportivo de un pueblo cercano pero no había manera.

“No podemos ofreceros un lugar en condiciones”, fue su dictamen final.

No le habíamos puesto condiciones, en realidad, y tampoco nos las había preguntado, pero el mensaje final es que nos buscáramos otro sitio.

Acudimos a los bomberos.

Salían a la puerta a fumar, con caras serias y ningún ¡hola! en la boca. En muchas ocasiones la amabilidad no viene de lo que das sino de lo que quieres dar.

Ni el comandante estaba disponible, ni el segundo, ni el tercero…, y salió a nuestro encuentro Carla, para decirnos que “infelizmente, el baño no tiene condiciones, pues no hay agua caliente”.

“No necesitamos agua caliente”, fue mi repuesta. Corta y clara.

“No va a ser posible”, fue su contrataque bajo las cómplices pestañas postizas que le permitían que sus ojos no encontraran los nuestros.

He vivido cientos de situaciones parecidas en mi vuelta al mundo (2004-2017). Mis libros están plagados de historias de este estilo, de hospitalidad disfrazada excusas o de excusas disfrazadas de educación.

No importa.

Lo importante no es tanto encontrar un lugar para descansar como dar la oportunidad al ser humano de que muestre su mejor cara, su lado simpático.

No abundan las sonrisas en Portugal. En muchos bares y restaurantes en los que vamos a comer o en los que tomamos agua, la atención es bastante justa. Aún y todo hemos conseguido sacar alguna sonrisa a alguna camarera. Tener la vida que deseas es más fácil de lo que parece: todo comienza con saber bien lo que quieres y dejar de gastar energía en tonterías. Comienza con un propósito. (Espero que disfrutes del curso, Mendi)

El camino costero parece diseñado por un equilibrista, serpenteando acantilados y olas. Aunque las prohibiciones a las autocaravanas no abundan por aquí, así no lo comentaban Javier y Chema, dos seguidores que nos reconocieron por la carretera y que viajan en furgo, el sentido común hace que no se metan en caminos de difícil acceso o pensados para senderistas.

Pero siempre hay algún listo, casi siempre portugués, que cree que puede colocar el coche al borde del acantilado para pasar la noche, cuando todos los demás coches se han quedado en el parking a 100m.

Como decía, hablo el idioma local, así que le pregunté a uno de los conductores allí aparcados, sino pensaba que había ido demasiado lejos, y si no podía quedarse, como los demás, en el lugar indicado para coches.

Su respuesta fue que estaba de vacaciones.

coche en el acantilado
Coche en el acantilado

¿Qué consigo con estas preguntas?

No lo se muy bien, pero me hierve la sangre cuando veo que las personas creen que con su dinero pueden ocupar cualquier tipo de tierra, ignorando que la hermosura del espacio natural viene dada por la ausencia de huella humana. No es necesario ocupar, y poseer, cada metro de tierra para disfrutarla; es suficiente con abrir los sentidos, no la cartera.

Ahora nos dirigimos hacia la frontera del sur entre Portugal y España para caer en Sevilla a mediados de agosto y ver a uno de esos seguidores que me ha apoyado desde hace mucho tiempo, miembro de biciclown plus desde los orígenes, y usuario habitual de una Olovbike. El gran Toño Metro.

Por cierto, si estás en Biciclown plus, ya habrás podido leer esta historia hace días (en primicia), y además en Septiembre arrancamos con nuevas series de documentales sin publicidad: Memorias de Pirineos y Memorias del Zanskar. 

Apúntate a Biciclown plus y deja de ver contenido basura, simplemente, porque es gratuito.

playas llenas
Gente que entiende por esto, ir de vacaciones

10 comentarios en “Desde el sur del Sur”

  1. Buenos días Álvaro,
    Por lo que voy leyendo, no es Portugal uno de tus países preferidos.
    Parece todo muy negativo¿no?
    Feliz viaje. Un abrazo
    Lucía

    1. Gracias por comentar Lucia. En la serie documental Memorias de Portugal que publicaré en Biciclown plus, podrás ver con más detalle porqué ha sido un país difícil para viajar en bici. También tiene cosas que me han gustado como las sardinas!!!!

  2. Hola Álvaro
    hace unos años, antes de la pandemia, estuve por el país con un par de amigos. Empezamos en Santarem y subimos hasta Tui, con alforjas.
    Mucho de lo recorrido fue por la Vía de la Plata, durmiendo en los albergues de peregrinos. Mi recuerdo es bastante diferente, al menos en lo que a sonrisas se refiere. Me pareció un país de gente tranquila y agradable, fue un viaje sencillo y amistoso allí por donde pasamos. De buen comer y paisajes preciosos. Un lujo para recorrer a ritmo de pedal. ¿Habrá cambiado tanto en unos pocos años?

    1. Hola Rubén. Gracias por comentar. Las cosas cambian y el turismo de masas es un poco responsable. Lisboa recibe en verano más de 300000 turistas. En la tele se ha l aquí de ese problema y la gente en Sintra se queja también. El salario medio de Portugal es de 880 y la gente está muy descontenta.
      Eso se deja sentir en su manera de relacionarse . Y los conductores son realmente pésimos. Otros ciclistas que nos hemos encontrado dicen lo mismo.
      Pero las sardinas están buenísimas !!! 😜

  3. Estoy muy de acuerdo con lo que explicas sobre la venta de propiedades. Si no es a extranjeros, en muchos casos es a fondos que compran propiedades en masa para alquilar. En canarias, en muchas zonas turisticas, ocurre asi en España Ademas los pisos privados no se alquilan a residentes de todo el año, porque los propietarios ganan mas alquilando de temporada y con menos problemas. Aunque tengan el piso vacio durante meses, lo prefieren. Es el gran problema de la gente que vive en zonas turisticas. A veces incluso acaban mudandose. Si eres medico por ejemplo, esto es un problema, no solo para ti, sino para la gente que usa ese servicio esencial.

    Por otra parte, no entiendo por que esperas que el ayuntamiento o los bomberos tienen usar dinero pubmico para dar albergue a la gente que pasa por alli. Si fuera asi, el parque de bomberos o los polideportivos de muchos sitios turisticos estarian saturados de tiendas de campaña y serian mas bien un camping.

    1. Gracias por escribir Jose.
      He visto hospitalidad en bomberos de Argentina, Chile, Peru, Ecuador, Brazil, Venezuela , Colombia… y no se llenan de tiendas de campaña como tu señalas. He sentido hospitalidad e intercambio de culturas 😜

      1. Creo que es reprobable que utilicen instalaciones que estan destinadas a otros menesteres de los que estan previstos cuando se han creado y pagado.
        A nivel particular, en sus casas, cada uno hace lo que quiere pero con el dinero publico no. Existen instalaciones destinadas a los turistas, campings hoteles hostales acampada… Etc. Y si no las hubiera, tampoco se pueden exigir.
        En fin una discrepancia. No es importante

  4. Creo que tal vez la solución sea no viajar en temporada (quien pueda)o no hacerlo donde van todas las masas( cada vez mas dificil pero no imposible). Pero no se cual sera el fin de la turistificacion.

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