Aunque habrás visto muchos trucos de productividad en redes sociales, quiero compartirte el que para mi es infalible.

Un truco, o consejo, que no suele abundar en manuales sobre el tema. Ni siquiera mi amigo More que tiene un curso de productividad, habla de este truco.

Lo he ido perfeccionando con los años y, tras haber publicado ya 9 libros, dos cursos online y producido más de 700 vídeos en Youtube, puedo asegurarte que es muy efectivo.

Claro está, que cada persona lo aplicará como pueda. No es fácil al principio someterse a sus exigencias. Al principio tendrás que luchar contra tus propias resistencias internas que desean seguir funcionando como lo han hecho tantos años.

De hecho eso, el ir en contra de uno mismo, es una de las mayores dificultades del ser humano, pues solemos tender a vivir una vida de pocos impactos: comer en los mismos lugares, frecuentar las mismas amistades, leer los mismos libros, ir de vacaciones a idénticos lugares…

El ser humano es un animal de costumbres y siempre he querido hablar con ese primer humano que decidió abandonar el calor de la cueva en África y salir a recorrer mundo.

Esa actitud, la de de intentar salir de tu zona de confort, es tan rara hoy en día porque la gente nada más salir se encuentra un cartel que dice: Bienvenido al territorio de la incertidumbre. Y esa palabra, incertidumbre, a la gente le provoca escalofríos. A mi me produce un cosquilleo en el estómago y es el título de mi último libro.

Pero volviendo al tema de hoy, lo de la productividad, la herramienta que te quiero compartir, es GRATUITA. Esa palabra es la que hoy provoca cosquilleos en el estómago de las personas. Hay otras, 2×1, plazas limitadas, solo esta semana, descuento…, y demás. Todas van dirigidas a la línea de flotación de tus defensas más vulnerables: el precio. La gente cree que lo más importante en la vida es su familia pero de lo que en realidad se preocupa es de ganar dinero y no de estar con su familia.

La herramienta de productividad que más me ha funcionado siempre es NO HACER NADA. Cuando dejo de hacer cosas mi mente empieza a funcionar libremente, sin nadie que la controle. Entonces ella me presenta soluciones a problemas difíciles de mi vida, como por ejemplo si debo vender mi bungalow (mi mente ha dicho que si), si debo ir a vivir a otro lugar (mi mente ha dicho que si), o si debo seguir estudiando Filosofía (la mente me anima a ello).

Para producir hay que parar. Limpiar máquinas, engrasar tornillos, hacer balance y disfrutar de lo logrado. Porque no somos máquinas, somos seres humanos y no hemos venido a esta vida a producir, sino a disfrutar. Y si no estás disfrutando en este mismo momento, para y reflexiona. Porque en tu vida hay un solo líder: eres tú.

Paz y Bien, Álvaro @biciclown.