(Drubovnik). Gracias por estar ahí, lo primero de todo, puesto que aunque no lo sepas tu eres un patrocinador de mi proyecto. Si puesto que cada mes Youtube me ingresa una pequeña cantidad en concepto de publicidad gracias a las personas que visitan mi canal, se suscriben y ven mis vídeos. Tus comentarios son también muy importantes pues me ayudan a enfocar mis vídeos en una u otra dirección. Así que desde ahora te doy las gracias. Muchas gracias.
A lo mejor también has comprado algunos de mis libros o documentales, o has participado en alguno de los proyectos de crowdfunding que he lanzado o, quien sabe, eres de esos que de vez en cuando me ha dado un empujón en mi cuenta bancaria…, o tal vez me has invitado a tu casa a dormir o me has convidado a un restaurante o me has traído algunos repuestos que he necesitado.
Hay muchas formas de ser patrocinado. La clásica tal vez es la de una empresa que te da dinero por llevar su publicidad en tu camisa. Sin embargo no es la más habitual en nuestro mundo de cicloviajeros.
En el mejor de los casos las marcas te darán alguno de sus productos a bajo coste o a coste cero. Pero a cambio te pedirán que hables de ellos, que les envíes fotos…
Sin contar con el tiempo que eso te llevará, ¿Has pensado todo el tiempo empleado en buscar el correo de la persona de marketing, enviarle tu proyecto, insistir, conseguir que te responda…? ¿Vale la pena?
En mi caso particular yo comencé a buscar patrocinadores para mi primer gran proyecto, Kilómetros de sonrisas en Sudamérica 2001-2003. Obtuve un acuerdo con Payasos sin Fronteras que me hizo un seguro de viaje a cambio de promocionar su existencia y fines, y una empresa de Madrid me hizo y alojó una web que varios amigos me ayudaron a diseñar. Al terminar mi viaje en Montevideo (Uruguay) el Centro Asturiano en esa ciudad me regaló el billete de regreso. Es una historia mágica que cuento en ese mi primer libro Kilómetros de Sonrisas.
En aquélla época, había muy pocos viajeros en bicicleta en España. Muy pocos. Y también muy poco material. Las alforjas Ortlieb las tuve que comprar en el extranjero pues tras escribir a Ortlieb me dijeron que no les interesaba mi proyecto.
Cuando en el 2004 preparé la vuelta al mundo volví a escribir a Ortlieb. Aquí tienes mi primer consejo:
1- Inténtalo varias veces si tu proyecto es diferente.
Esta vez, la misma persona que rechazó mi iniciativa en el 2001 ahora lo aprobaba. Ortlieb me patrocinaría con su excelente material. A cambio sólo debía enviarles algunas fotos. No fue hasta el 2.016 que pude por fin visita la fábrica de Ortlieb en Alemania y saludar a la persona con la que llevaba años comunicándome por correo.
Aquí te ofrezco mi segundo consejo:
2- Se agradecido con quien te apoya.
¿Qué había cambiado entre mi primer proyecto y la vuelta al mundo? Fundamentalmente yo. En mi primer contacto, en el 2.001, era alguien sin experiencia. Al solicitarles participar en el 2.004 yo ya había probado mi profesionalidad y compromiso al terminar un proyecto previo. Había escrito un libro, un documental…
También tuve suerte porque en ese momento en España, 2.004, comenzaban a surgir más y más ciclistas y Ortlieb consideraba el mercado español como un objetivo. Les venía bien tener a un ciclista local, más o menos conocido (desde el 2.003 escribo un artículo mensual en la revista Bike) que utilizara sus productos.
Y lo mismo ocurrió con otras marcas como Schwalbe, Tubus, Rohloff.
Aquí mi tercer consejo:
3- Si te dicen que no tal vez es porque no es el momento para ellos, no porque tu proyecto no lo valga
Todas estas marcas y otras muchas no me ofrecen dinero. Me ofrecen sus productos que, en realidad, es una forma de ofrecerme dinero. Pero lo más importante para mi es que no me piden nada a cambio.
No tengo que escribir informes del equipamiento, no debo enviarles fotos o vídeos, no me piden que hable bien de sus productos… Y esto para mi es muy importante.
Al comienzo tenía una clínica dental que me ofrecía 60 euros al mes. Al cabo de tres años me pidieron que les hiciera un informe de la salud bucodental de los pueblos o países que visitaba. Les expliqué que ese no era mi proyecto, y que me llevaría mucho tiempo y me desviaría de mis objetivos. Decidieron dejar de patrocinarme.
Otro consejo:
4- No te comprometas con nadie que no comparta la filosofía de tu proyecto y que, hasta cierto punto, le gusta quién eres y porqué lo haces.
Otro punto muy importante es pensar qué les aportas tu a las marcas a las que te diriges. Qué pueden obtener de ti. Ponte en el lugar de la persona que gestiona el marketing de esa empresa y piensa qué les puedes dar: fotos, vídeos, charlas al regresar…
La marca no sólo te da sus productos también es parte de tu viaje. En muchos casos las marcas incluirán tu imagen en su web y es importante que tu tengas un discurso en las redes que les interese.
5- Piensa en qué les puedes dar a cambio
Si tu proyecto va a ser un viaje de uno o dos años, tal vez te sea más efectivo trabajar unos meses para obtener dinero y luego viajar, que dedicar tiempo y energía a buscar patrocinadores que, en realidad, van a ofrecerte simplemente sus productos. Piensa en términos de trabajo/efectividad.
Las marcas reciben cientos de peticiones a la semana de patrocinio. Participar en un proyecto o en otro no tiene tanto que ver con el proyecto en sí, como con otros criterios como la política de la empresa.
En todo caso, es mejor proyectos cortos, que atraen atención inmediata de la prensa, que largos viajes. En mi caso mi propuesta de Vuelta al mundo sin fecha de finalización (sólo desde hace uno o dos años he sabido que terminaría en el 2.017) el proyecto tenía un precedente positivo como fue mi recorrido por Sudamérica, coincidió con un pequeño boom del cicloturismo en España y he tenido la suerte de contar con el apoyo de Koos Kroon (alma de Bike-tech) que es el distribuidor de muchas de las marcas mencionadas. Sólo después de unos años he comenzado a tener relación directa con las marcas.
Comienza preguntando en tu tienda local por el distribuidor regional o nacional de los productos, intenta verlo en persona un día. Esa persona te puede abrir las puertas de la marca. Acceder directamente a la marca es muy difícil.
Y mi último consejo es que no te traiciones.
No aceptes patrocinios de marcas que no tienen nada que ver con tu proyecto o con tu filosofía solo porque te dan dinero. Me han llegado propuestas de marcas de coches para colaborar que, logicamente, he rechazado.
Mi consejo más valioso es que tomes un espejo entre las manos y lo pongas delante de tu cara.
Estás viendo a tu principal y más importante patrocinador.
Es el único que no te fallará. Aquí te lo cuento en un vídeo.