Un coro de mujeres con las ropas desgastadas de tanto trabajar trataba de cumplir las ordenes de la directora. Tres chicos golpeaban con buena punteria las tablas rojas. Cada una representaba una nota. El instrumento es conocido como balafon, y se asemeja al clasico xilofon. Solo que estos balafones son construidos por un cura, que enseña a los chicos que lo desean a hacer poesia con la madera.

Cada uno de los musicos lleva una melodia que por momentos se encuentran igual que uno halla una tarde sombria de invierno un gran amor. Casi por sorpresa. Durante unos segundos se mecen en ese ritmo comun hasta que uno de ellos decide abandonarlo igual que te abandona un gran amor al no recibir noticias. Sin previo aviso.