Cuando llega tu cumpleaños te detienes en seco en el quicio de la mañana a reflexionar. Hay personas que miran el año que dejan atrás como una serpiente se sacude de la piel. No les importa en absoluto. Otras corren al espejo para detectar el impacto de ese nuevo año en su cara: alguna arruga nueva, otra cana de más…
Este año mi cumpleaños me molesta un poco.

Tras diecisiete días pedaleando con Lorena por los pirineos franceses, subiendo cuestas a 30 C plagadas de tábanos animándonos en las rampas más duras, hoy lunes tocaba descansar por fin.

Hemos elegido un pueblito tranquilo del pirineo aragonés: Biescas, resurgido de sus cenizas gracias al turismo activo.

 

En el primer café de la mañana se me ha acercado un seguidor para saludarme. Contento de verme en su pueblo y de ponerme cara en 3D. Como la mayoría que me he ido encontrando en las carreteras es un seguidor a distancia. Ve mi canal de youtube, lee mis escritos, pero nunca ha comprado ninguno de mis libros. En mi caso, no vivo de youtube, ni tengo publicidad en esta web. Me cuesta comunicar a la gente que en mis libros se explican mucho más las vivencias de mi viaje y de mi vida y me duele que se queden con unos cuantos vídeos de Youtube. No consigo llevar a los espectadores a la lectura. Me apena un poco. No tanto por la parte económica como por no ser capaz de suscitar su interés. La gente lee poco. Muy poco.

Creo que mis libros se leerán más cuando yo deje de ocupar este cuerpo que se marchita cada día un poco y cada año 365 días.

La edad es una trampa ilusoria, como lo es tu nombre, tu país, tu altura o tu número del dni.  En el día del cumpleaños hay gente que se atreve a hacer el órdago a la grande de preguntar a quien le pregunta cuántos cumple, ¿cuántos crees? Y el otro se ve obligado a restar diez años a su cálculo inicial para asegurar el tiro y no herir el ego del cumpleañero.

¿De qué vale cumplir años si no cumples tus sueños? Por valentía, que no por suerte, yo he cumplido el mío hace unos cuantos. Aquélla vuelta al mundo de trece años ha sido mi sueño realizado. Hay que apresurarse a cumplir los sueños porque nadie te garantiza más cumpleaños.

Cumplir años, pasados los cincuenta, debe servir solo para agradecer no para pedir. Agradecer lo vivido y empezar a despedirse. Sin dramas ni duelos, sin pañuelos ni requiems. En silencio y en penumbra. Desaparecer es lo más importante que haremos después de nacer. Somos una mancha en un Universo de estrellas y tenemos que dejar sitio a otras luces. No hay que resistirse.

Desde hace muchos años los cumpleaños no aportan gran cosa a mi vida. Gente que nunca te escribe lo hace ese día para mostrar que se acuerdan de ti. Es un detalle. Solo que yo ya me comunico menos por los medios convencionales y más a través del pensamiento. Pienso en ti aunque no te lo diga. Tal vez una nube me trae tu recuerdo, o un arroyo tu imagen, o una curva tu olor.

Mucha gente viaje conmigo en mis alforjas. Muchos de ellos leen mis libros, y muchos, la mayoría, no. Todos formamos parte de este viaje que es la vida: un viaje que es más bien un juego. ¿Quién pierde? La persona que se toma la vida en serio.

Nadie sale con vida de esta vida, nadie tiene la certeza de un próximo cumpleaños, así que, a modo de regalo, te dejo una serie de instrucciones para este Juego de la Vida:

1- Sigue a tu corazón. Los valientes lo hacen, los cobardes lo desearían.

2- No tengas miedo a nada. El miedo solo representa todo lo que te queda por conquistar en tu vida. Mientras no lo hagas seguirás con miedo.

3- Detrás de cada decisión hay dos caminos: el de la derecha conduce al dinero. Es el que sueles tomar. El de la izquierda es menos familiar: es el camino del tiempo. Tiempo o Dinero. Con 33 años opté por lo primero. No me he arrepentido un minuto ni me ha dolido un euro.

4- No eres lo que ves ni lo que crees. Eres búsqueda permanente, reflejo inacabado en un río agitado. No quieras saberlo todo. Disfruta de tu ignorancia e imperfección. Solo puedes ser feliz en el proceso no en los resultados.

5- Cada día sin sonreír por dentro es un día perdido, un día en que descumples años.

6- Ser no es más importante que Tener. Ser es lo único que puedes ser. Tener es lo único que hace que te pierdas en el juego de la vida, distracciones para tu mente.

7- Cuando seas capaz de mirar cada objeto, cada persona, cada instante, como parte de un Todo, comprenderás lo que digo. No busques maestros. Dentro tienes el más duro e intransigente.

8- Deja de querer. Lo que eres basta. Descansarás cuando entiendas que has llegado. Puedes cambiar las flores de lugar pero es no cambiará tu estado de ánimo.

9- La muerte traerá descanso definitivo a tu vida, ya no tendrás que seguir jugando entre Ser y Tener. La muerte es tu mejor aliada. Mírala, conversa con ella, haz las paces. Su presencia extingue todo miedo y todo apego.

10- Si no lo has entendido en esta vida no te preocupes. Tendrás otras oportunidades dentro de miles de años.

 

Paz y Bien, el biciclown.

 

P.D. Regálate un libro.