El sabor de un país no hecho para ciclistas

No es raro que Costa Rica sea un país por el que los ciclistas vuelan más que pedalean. El argumento más oído es el de que es un país caro. Y es cierto pero no el único motivo. El almuerzo más barato que puedes encontrar son cuatro dólares (sin refresco). Pero si te equivocas pueden pedirte diez. Nos ocurrió en el Parque Nacional Santa Rosa. Ocho kilómetros antes de la entrada un cartel indicaba las tarifas del parque. La foto no deja lugar a dudas. Son diez dólares por entrar y dos por acampar (por día). Si nos quedábamos dos días calculamos que el primer día costaría doce y el segundo dos, esto daba una media aceptable para las arcas de nuestro Estado mayor. Bajo una hermosa arboleda que nos protegía del fuerte sol con sus abrazos de ramas y follaje intenso, buscamos la recepción, que es el lugar en el que en la mayoría de los países del mundo se satisfacen los honorarios de la entrada a un recinto, sea museo, hotel o parque nacional.
«¿Podemos pagar la entrada?«

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