Hacia tiempo que andaba buscando una tabla para poder picar la verdura antes de echarla en la olla. Pero ninguna se ajustaba a las medidas que necesitaba para poder llevarla conmigo. Asi que decidi construirla.

Porque en Africa siempre hay alguien que camina a tu lado y porque la sombra de tu vecino hace menos duro tu andar.
Aunque a veces entre ellos no hablan y me recuerdan mis viajes diarios en tren a la Notaria en Madrid. En un tren abarrotado en los que nadie hablaba salvo por su telefono movil. Aqui se les ve caminando y muchas veces separados unos metros sin cruzar palabra.

No es agradable terminar de pedalear para encontrarte como cientos de ojos te miran mientras devoras un mango. La paciencia que hay que desarrollar en Africa es grande. El blanco es una atraccion y uno no tiene siempre la sonrisa dispuesta; pero lo intenta.

Como a todo lo que llevo en la bici le tengo mucho cariño, porque ademas suele tener historia. El filtro de cafe que tenia me lo habian regalado en Colombia hace dos años. Pero por llevarlo fuera de la bici para que se secara se me cayo en el camino a Kundara y no me entere.