Se acabó. No solo estoy contento porque mis amigos españoles llegaran a la casa, sino por el último encuentro ocasional con turistas que me regalaron la cerveza y sobre todo, con haber hallado un dentista, el tercero, que me quisiera arreglar la dentadura. El libro en el que narro esta parte de la vuelta al […]

Ya estoy harto. Para colmo la bici no solo se pincha a diario sino que ahora toca cambiar un eslabón de la cadena. Bueno la cadena entera. En fin, menos mal que me queda un día. Ahora a buscar dentista al llegar a Fairbanks. El libro en el que narro esta parte de la vuelta

Otro baño. Son los momentos del día en los que los mosquitos más se aprovechan. No he durado ni dos minutos fuera del agua. En cuanto sales te asesinan. El objetivo es que no entre ni uno solo en la tienda. Ahí estoy seguro. El libro en el que narro esta parte de la vuelta

Creo que hoy es el día que más me he divertido. Aprovechando que ya tocaba lavar la ropa he sacado la caña de pescar. Así esperaba a que la ropa se secara. No he pescado nada pero he justificado para mi el haber traído la caña. No creo que me sea muy útil el resto

No es normal lo de los mosquitos. No les importa suicidarse en mi boca. Son un grupo bien fanático. Están dispuestos a entregarse a la muerte con tal de que uno de ellos triunfe y entre en mi ojo. Son demasiados. No hay mucho que hacer y no puedo cenar fuera. El libro en el

Aunque el río pasaba muy cerca de la carretera casi no había tráfico. O más bien, no había nada de tráfico. El suelo estaba lleno de barro, pero la satisfacción de entrar en el agua tras pasar el día pedaleando era demasiado irresistible. El libro en el que narro esta parte de la vuelta al

A punto de cruzar el Atingun pass. La primera montaña del camino, el primer árbol… Creo que voy dejando atrás la parte más complicada. Los camioneros ya me conocen y saludan y hasta creo que he visto algún oso esta mañana. El libro en el que narro esta parte de la vuelta al mundo es

Primeros días pedaleando. No acabo de acostumbrarme a que no se haga de noche y no se cómo acabar la jornada. Un día me dan las 3 de la madrugada encima de la bici. Los mosquitos no paran ni de noche. Creo que esto va a ser complicado. Por los mosquitos más que por los

Pocos ciclistas en el mundo han podido arrancar un viaje en América desde Dead Horse. Fue una de las partes más emocionantes de mi vuelta al mundo, y no exenta de dificultades, por los osos. La llegada en avión fue memorable, y a los pocos minutos me quedé solo en el aeropuerto. El libro en