Esta isla tiene unos ocho kilometros de largo y los blancos generalmente llegamos aqui en el Ilala. Fue el lugar escogido por William Percival Johnson (anglicano) para eregir la catedral de San Peter, la mas grande de Africa Central y que Vincent se empenha en mostrar a los que nos acercamos a la Isla de Likoma. Para llegar solo unos pocos utilizan el aerodromo de tierra y arena por el que yo estuve pedaleando con Kova. Pues llegar a esta isla en avion, a menos de una hora de la capital de Malawi, Lilongwe, debe ser tan poco excitante como llegar al orgasmo sin carinho. Aproximarte en barco te hace desear la llegada como quien ansia el calorcito del sol en horas del amanecer.

Nadie sabe muy bien a que hora sale el dhow o barco de vela que comunica Chizimulu con Likoma. Ambas son islas de Malawi situadas en aguas Mozambicanas. En la primera de ellas estuve dos dias, buscando sin exito a Robinson Crussoe, pero encontrando sin embargo gente tranquila que vive de la pesca de diminutos peces que luego se venden en Tanzania y Mozambique. Desde la cima de la montanha cubierta de eucaliptos de esa isla, la puesta de sol te trae una paz interior ya olvidada.

La vida en Nkhata Bay se revoluciona los domingos, cuando el Ilala atraca en su muelle. Los vendedores que normalmente se refugian en el caotico mercado, donde casi todos venden lo mismo a identico precio, apilan ese dia sus mercaderias en la carretera asfaltada que conduce al puerto. El Ilala, del que este es sucesor, fue el primer barco de vapor botado en el Lago Nyasa o Lago Malawi en 1875.

Casi una hora y media me costo dar con la oficina de Parques Nacionales en Lilongwe. Pero mucho menos me costo obtener un permiso para acceder a la reserva de Kota Kota, aunque tuve que firmar un papel en el que excluia de responsabilidad al gobierno de Malawi si es que un leon decidia almorzarme.

Cuando llegue al Parque Natural una barrera cortaba la carretera. Solo con permiso se puede atravesar, y en todo caso solamente durante el dia. Mientras se divertian observando a Kova me dedique a comprar unos platanos que es lo unico que se podia conseguir en muchos kilometros a la redonda.

Casi me caigo cuando lo vi por primera vez.
Agarrados con un palo y tostados a la brasa, ofrecian ratones a la gente. No vi todavia a nadie comerselos, pero por 50 pesetas te puedes comer una brocheta de ratones.

Me encontraba a punto de abandonar el albergue de Lilongwe. Eran poco mas de las siete de la mañana, cuando una mujer aun con legañas en los ojos vino a presentarse. Alguien le habia comentado mi proyecto y queria que visitara su lugar de trabajo en Kenda Beach. No sabia si quiera que existiera algo llamado asi, pero me quedaba de camino y le dije que si. Ella gestiona una escuela y me cautivo, sin quererlo, al pronunciar una frase:
Puedo conseguir mucha gente