aly y el te

Aly y el te

Entraba en el Pais Dogon, y los efectos negativos del turismo me caian encima de golpe. Un chico me propuso en frances, ingles e italiano sus servcios como guia, comer en el restaurante de su primo y dormir en el hotel de su padre. En esos mismos idiomas le di las gracias, pero el tipo insistia. Al final fue mi lengua materna y un poco de paciencia la que me libro de el. Pero como si fuera un partido de balonmano otro vino rapiamente a ocupar su lugar.

Demasiado para no haber comido. Busque un lugar para hacerlo luego que unos adorables niños le hubieran arrancado un ala la avion de Maxi y me fui a la Mision Cultural para informarme de guias para visitar el Pais Dogon.
Solo estaba el guardian, Aly, que me invito a echar la siesta. Cuando me levante me ofrecio un te que se puso a preparar de inmediato.
La ceremonia del te lleva una hora larga. El auga se calienta en unas pequeñas teteras con el calor proporcionado por las brasas del carbon. El te, por supuesto, es chino. Endulzado con azucar del pais y con menta del propio jardin de la Mision Cultural. Una vez hierve el agua. Aly la pasa una y otra vez de vaso en vaso para que produzca esa espuma en el borde superior.

Una hora mas tarde podia beber ese vasito de te preparado con el cariño de un hombre de 59 años, dos mujeres, once hijos y una vida de lucha que le ha dejado una salud de hierro.

Gracias Aly por tu sencillez sin escuela.

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1 comentario en “Aly y el te”

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